“… nos cogió entre la espada y la pared, estábamos a poco tiempo de iniciar las clases presenciales… yo tenía muchas cosas preparadas para compartir con mis compañeros y todo ello, pero cuando se declaró lo que es el aislamiento social en todo el territorio nacional dije “¡No, ¡qué sad!” nos cogió… Al principio tampoco estábamos instruidos para usar lo que es la tecnología teníamos que aferrarnos a lo que es la tecnología, entonces ya al principio cuando me conecte era un poco raro, un poco de silencio, no había cómo hablar, intercambiar palabras ya que era de lejos… trabajar de lejos no es lo mismo que de cerca o presencialmente… “

(Adolescente de Cusco)

A lo largo de los años 2020 y 2021 han surgido investigaciones que reflejan el gran impacto que tuvo la transición de la educación presencial a la virtual en las y los estudiantes. Dicho fenómeno refleja las grandes disparidades que existen en el sistema educativo peruano. Justamente, con esta problemática comenzó a surgir la necesidad de dar voz a aquellos agentes educativos que han estado en primera línea respondiendo a la coyuntura.

Tanto docentes, como gestores, directivos y estudiantes tuvieron que transformar su práctica para responder a un contexto sin precedentes. En las investigaciones cortas del OBEPE se recogieron las voces de docentes rurales egresados de la Univ. Antonio Ruiz de Montoya. En ellas, comentaban las grandes dificultades que presentaban sus estudiantes como ellos para acceder a la educación en contexto de emergencia.

Por medio de esta investigación se buscó recoger las voces de adolescentes de 5to de secundaria de escuela rural. Los cuales durante mediados del 2021 se encontraban en clases semipresenciales.  Ello con el objetivo de identificar sus percepciones, desde su rol como estudiantes en relación a la educación remota en contexto de emergencia.

Primeros pasos: ¿quiénes fueron nuestros informantes?

Para esta investigación se contó con la participación de seis adolescentes de las regiones de Amazonas, Piura, Ayacucho y Cusco de escuelas rurales. Los centros educativos a  los que pertenecían se encuentran dentro del Programa Horizontes de UNESCO. En ese sentido, las y los adolescentes entrevistados se encontraban llevando su segundo año de educación remota, siendo precisamente su año de egreso el 2021.

Las entrevistas se realizaron gracias a la colaboración y coordinación con los equipos territoriales: TAREA (Ayacucho), Vicariato Apostólico San Francisco Javier de Jaén (Amazonas), CIPCA (Piura) y Gerencia Regional de Educación (Cusco). En el caso de Ayacucho, Piura y Cusco,  las entrevistas fueron realizadas por el equipo del OBEPE. En cuanto a Amazonas, se contó con el apoyo del Vicariato para realizar las entrevistas.

En el caso de los estudiantes de Piura, contamos con la participación de Pamela y Erick. En la región Amazonas se contó con la participación de María y Ronald. En Cusco se recogió el testimonio de Lisbeth. Finalmente, respecto a la región Ayacucho, se tomó el testimonio de Kevin. A las y los adolescentes se les plantearon 11 preguntas realizadas por el equipo del Observatorio que recogían información en base a 3 ejes:

  1. Primer contacto con las clases remotas.
  2. Barreras que enfrentaron para acceder a las clases virtuales y semipresenciales.
  3. Forma en cómo la pandemia afectó sus dimensiones física, social y estudiantil

ADOLESCENTES RURALES EN EL PERÚ: ¿QUÉ PROBLEMÁTICAS HAN ENFRENTADO EN LA PANDEMIA?

Con la pandemia miles de estudiantes se vieron afectados en el Perú, entre ellos las y los adolescentes. Estas afectaciones se dieron a distintos niveles como acceso a Internet y dispositivos, acceso a servicios básicos como salud y educación, trabajo infantil, violencias, etc. La pandemia sólo acentuó las grandes brechas entre urbano-rural perjudicando las trayectorias educativas de los estudiantes.

No asistencia a clases y acceso a dispositivos móviles e Internet

Según el Informe del estado de la niñez y la adolescencia 2022 del INEI, se obtuvo que durante el último trimestre del 202o (73,8%) la tasa de asistencia escolar en adolescentes de secundaria rural se redujo en comparación al 2019. Sin embargo, para el 2021, esta tasa subió en comparación a los años anteriores (76,3%). Así también, según el  CENSO Educativo (Minedu, 2021) se contó con una tasa de asistencia a la escuela secundaria, en ámbitos rurales, de 611,535 estudiantes.

Precisamente, la no asistencia se debió a problemas económicos, familiares, falta de acceso a soportes tecnológicos, razones vinculadas al COVID-19 y desinterés por los estudios. Durante el 2019, el contar o no con equipos móviles o dispositivos no eran una causal de la no asistencia a los centros de enseñanza. Sin embargo, con la educación remota, las razones por las cuales las y los niños, niñas y adolescentes quedaban fuera de la educación se debía a no contar con señal o con dispositivos tecnológicos.

Esta información no dista de lo recogido en el Reporte del Observatorio de la Educación Peruana. Allí se menciona que las condiciones que tuvieron tanto docentes como estudiantes eran mínimas para acceder a la educación. A rasgos generales, a nivel nacional en el año 2021 se contó con un total de 79,9% de estudiantes adolescentes entre 12 a 16 años que asistieron a escuelas del nivel secundario.  En zonas rurales, únicamente asistieron a la escuela un total de 76,3% adolescentes.

En la actualidad, contamos con cifras dispares en cuanto a la asistencia de mujeres y hombres a la escuela. En la ruralidad, para el año 2021, un total de 75,4% de estudiantes mujeres asistió a la escuela. Aspecto que significó 1,8 puntos porcentuales debajo de la tasa de asistencia de estudiantes hombres a la escuela secundaria (77,2%).

Roles más allá de ser estudiantes

Durante el año 2021, las y los adolescentes se alejaron de las escuelas por diversos motivos. Según INEI (2022),  el 56,2% de la población de NNA se alejó de la escuela por problemas económicos y/o familiares; pero, además de ello, se presentaron casos donde dejaron de estudiar para trabajar y/o dedicarse a realizar quehaceres del hogar. 

Ligado a ello, durante el año 2021, en el área rural encontramos que únicamente el 38,8% de adolescentes se dedicaron exclusivamente a estudiar. A comparación del área urbana donde 74,2% de adolescentes se dedicaron a dicha función. En la misma línea, existe una diferencia importante entre las y los adolescentes en área rural (46,0%) y los de área urbana (12,2%) que se dedicaron a estudiar y trabajar. Asimismo, encontramos que en el área rural el 10,2% de adolescentes se dedicaron exclusivamente a trabajar. Caso contrario al área urbana donde solamente el 6,0% de adolescentes se dedicaron a dicha función.

Brechas de género, continuidad educativa y proyectos de vida

El área rural de nuestro país presenta brechas en cuanto al acceso a la educación. Así como también, diferencias en las funciones que cumplen las y los adolescentes. Encontrando en muchos casos adolescentes que no se centran exclusivamente al estudio. Se cuenta con un alto índice de estudiantes de área rural que se dedican a actividades que podrían perjudicar su continuidad educativa y la realización de sus proyectos de vida.

Dicho ello, en cuanto a las problemáticas vividas por las y los adolescentes entrevistados, encontramos que el embarazo adolescente continúa siendo una realidad latente. Según la Defensoría del Pueblo (2021), a nivel nacional en áreas rurales se cuenta con un 22,7% de adolescentes que alguna vez han salido embarazadas. Estas, en su mayoría, se encuentran en el quintil inferior de riqueza (24,9) p.9.

Según la ENDES (2020), la deserción escolar en zonas rurales se debe principalmente a razones económicas (necesidad de trabajo). Asimismo, a razones familiares (embarazo, cuidado de niños/as pequeños/as) (40,6%) y a embarazo o matrimonio (23,9%). El impacto del embarazo en niñas y adolescentes tiene una serie de consecuencias principalmente a nivel individual. Debido a que la mayoría presentan mayores dificultades para continuar ejerciendo su derecho a la educación y a la continuidad de un proyecto de vida. Teniendo como consecuencia la interrupción de su continuidad educativa.

¿QUÉ DICEN LAS Y LOS ADOLESCENTES SOBRE SU EXPERIENCIA EN LA VIRTUALIDAD EN LA RURALIDAD?

A partir de los testimonios de las y los adolescentes se pudo recoger que hubo un antes y después en relación a las clases remotas. Desde las voces de estos, tanto en la región Cusco, Ayacucho, Amazonas y Piura, mencionaron que en ningún momento pensaron que el COVID-19 llegaría a sus pueblos. La llegada del virus y de las clases remotas significó una gran sorpresa para ellos.

Las y los adolescentes mencionaron que una vez que salió la disposición de que las clases se llevarían de manera virtual se sintieron conflictuados. Se preguntaban cómo sería, cuánto duraría y si era algo lo suficientemente complejo como para tomarlo en serio. Muchos de ellos al igual que sus compañeros no contaban con dispositivos móviles, mucho menos computadoras. Eso generó que tuvieran periodos sin poder acceder a la educación.

La llegada del COVID-19 al Perú

“Fue algo sorpresivo, dije: ¿qué es Covid? Me impactó sin saber que a futuro o después de una semana o dos semanas iba a golpear al Perú”

– Adolescente de Amazonas

A la par que la pandemia iba cobrando sus primeras víctimas comenzó a nacer un miedo en las y los adolescentes y en sus comunidades. Al inicio de la pandemia, no se creyó en la posibilidad de que esta llegara a sus pueblos. Sin embargo, cuando llegaron los primeros casos comenzó a gestarse un estado de miedo e incertidumbre. Por la complejidad inicial de la llegada del COVID-19 al Perú y el colapso del sistema de salud, el miedo fue una de las emociones que estaba latente en toda la población indistintamente de las edades. En el caso de Amazonas, por ejemplo, nos comentaban lo siguiente:

“Para mí fue un poco triste porque cuando escuchamos de la pandemia habíamos hablado con mi familia para salir una parcela para estar ahí aislados, pero no hemos salido… nos hemos quedado en el distrito encerrados, en aislamiento…”. Me sentí un poco triste porque decían que no tenía cura …”

Adolescente de Amazonas

La totalidad de las y los adolescentes manifestó que cuando el COVID-19 llegó a sus regiones y a sus pueblos surgió un sentimiento de preocupación. Algunos permanecieron aislados con sus familias, otros solamente con uno de sus familiares. Asimismo, también hubo estudiantes que tuvieron familiares enfermos. Este sentimiento de angustia, miedo y preocupación se expandía cada vez más. Nos comentaron que al temor de enfermarse tanto ellos como sus familiares y de no poder ver a sus compañeros, se sumó la afectación económica en sus hogares.

Los alimentos comenzaron a escasear en sus regiones, sus padres y madres -en algunos casos- se quedaron sin empleo. La mayoría manifestó que junto a sus familiares decidieron permanecer en el campo aprovechando la oportunidad de apoyar en las actividades de la familia. Así también, mencionaron que tuvieron que informarse acerca del COVID-19 y, con ello, informar a sus familias, concientizándolos sobre los cuidados y protocolos de bioseguridad.

En ese sentido, con la llegada del COVID-19, la idea de retornar a las aulas se hacía cada vez más lejana. Para ellos, llegar al quinto de secundaria y seguir en virtualidad fue decepcionante. Nunca imaginaron que su último año de escuela se daría de tal forma y eso les generaba temor. ¿Qué viene ahora? Se preguntaban.


Parte 2: próximamente.

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Licenciada en Educación Inicial por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Con experiencia en escuela rural, HSE y diseño instruccional. Coordinadora general de La Ruiz Educa y de la Revista de Educación de la CP. de Educación de la UARM. Asistente de Investigación en el Observatorio de la Educación Peruana. Actualmente, labora en la Oficina de Calidad Educativa de la UARM y como consultora educativa en Fe y Alegría Oficina Central.

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Bachiller en Educación Inicial por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Actualmente labora en el Instituto de Investigación y Políticas Educativas, se desempeña como Asistente de investigación en el Observatorio de la Educación Peruana y Coordina la Revista de Educación de la Carrera Profesional de Educación de la UARM. Cuenta con experiencia en aula, investigación, formación docente y gestión educativa.


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