Los enfoques transversales1Los presentes Enfoques transversales han sido editados con base en la propuesta de programas formativos por el Instituto de Investigación y Políticas Educativas (IIPE) de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, co-elaborados por Yolanda Rojo y Rosario Cosar en el 2018. permiten trabajar de manera horizontal y contribuyen a una adecuada organización de la información, de las situaciones y de las voces de las personas involucradas en la educación del país, de tal forma que puedan aportar de manera constructiva mediante un entendimiento profundo de problemas complejos. El abordaje de la complejidad incluye el trabajo con diversos actores y stakeholders, por lo que los enfoques transversales funcionan como una caja de herramientas de conocimiento que permite construir un diálogo estructurado y orientado sobre el futuro de dichas situaciones.
Enfoque de interculturalidad
La interculturalidad como proyecto ético-político supone, en primer lugar, el reconocimiento de que, en la sociedad peruana, las diversas culturas y grupos sociales no ejercen la ciudadanía en igualdad de condiciones. Más aún, muchos de estos grupos y culturas han sido excluidos y discriminados a lo largo de nuestra historia. La interculturalidad implica la intención de visibilizar y revertir esta situación de exclusión histórica para, de esta manera, construir las bases de una sociedad (cultura y sistema) inclusiva y justa. Una cultura inclusiva y justa se basa en principios de respeto y reconocimiento de la dignidad de todas las personas y pueblos. Un sistema inclusivo y justo es aquél en la que las instituciones y sus prácticas garantizan el ejercicio real de derechos y responsabilidades de todas y todos los ciudadanos.
Desde esta perspectiva, la interculturalidad busca:
- Visibilizar las distintas maneras de ser, sentir, vivir y saber, destacando sus orígenes y desarrollos a lo largo de un determinado tiempo hasta la actualidad.
- Cuestionar la tipificación de la sociedad por razas, lenguas, género o por todo tipo de jerarquías que sitúan a algunos como inferiores y a otros como superiores, así como las lógicas de poder que las sustentan.
- Alentar el desarrollo de la diversidad cultural y generar las condiciones sociales, políticas y económicas para mantenerlas vigentes en contextos de globalización e intercambio cultural.
- Cuestionar las relaciones asimétricas de poder que existen en la sociedad y construir relaciones más equitativas y justas entre los distintos grupos socioculturales y económicos2Ministerio de Educación del Perú. (2013). Hacia una educación intercultural bilingüe de calidad: propuesta pedagógica. Lima: MINEDU-DIGEIBIR.
La interculturalidad es un principio rector del sistema educativo peruano. Por lo tanto, la educación de todas las peruanas y todos los peruanos, en los diversos niveles y modalidades, debe ser intercultural. Como principio rector promueve el reconocimiento y respeto de las identidades sociales y culturales, y considera la diversidad cultural como una riqueza a la que aportan, en diálogo democrático, todos los pueblos y las comunidades culturales y lingüísticas del país3Ministerio de Educación del Perú. (2005). Lineamientos de Política de la Educación Bilingüe (RD No 175-2005)..
El enfoque intercultural como enfoque transversal en el Observatorio supone implementar un conjunto estrategias para promover espacios de participación y socialización comunitaria reconociendo a las comunidades y su cultura dentro del sistema educativo nacional como una herramienta de gestión del conocimiento intercultural que promueva una nueva atención a la diversidad cultural. Junto a ello, es fundamental que las relaciones interculturales desde horizontes de igualdad en la diversidad se consoliden en el clima y la convivencia en este espacio, de modo que las y los actores con incidencia comunal, local, regional y nacional interactúen desde estos principios.
Enfoque de género
La incorporación del enfoque de género en educación se realiza desde tres constataciones importantes:
- Educar para la ciudadanía democrática y el ejercicio pleno de derechos supone autonomía y justicia para las mujeres y los hombres. Es imposible la convivencia democrática sin ejercicio pleno de derechos para todas y todos. Educar con enfoque de género debe ser asumido como un asunto de justicia, porque el aprendizaje y la ciudadanía requieren, en primer término, garantizar desarrollo humano pleno de las y los estudiantes de la educación básica y superior, es decir, sin subordinación ni discriminación.
- La educación con equidad de género para lograr la igualdad es una obligación de Estado, es decir, constituye una exigencia jurídica y ética derivada de los compromisos nacionales e internacionales adquiridos por el Estado Peruano.
- La desigualdad de género en educación persiste. Se mantiene tanto en términos de brechas de oportunidad, como de formas de discriminación, lo que afecta, especialmente, a las estudiantes mujeres y, en mayor grado, a las que viven en contextos de pobreza y vulnerabilidad (rurales, pobres, indígenas, afroperuanas y con alguna discapacidad)4Naciones Unidas. (2014). Convención sobre la Eliminación de Todas las Forma de Discriminación contra la Mujer. Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. Lima, Perú..
En nuestro país, existen claras brechas de género en las diferentes esferas de la vida social, que develan relaciones de poder inequitativas que oprimen a las mujeres. En educación –y en particular en poblaciones rurales indígenas-, también puede identificarse situaciones de desigualdad entre mujeres y hombres; sobre todo en el acceso, asistencia continua y conclusión de la educación superior, la participación y el liderazgo de las mujeres, situaciones de maltrato, acoso y violencia basada en género con mayor incidencia en las jóvenes.
Las instituciones de formación superior, en especial, las que ofrecen la carrera de Educación, son fundamentales para reflexionar críticamente respecto a las relaciones inequitativas y de subordinación entre hombres y mujeres, respecto al ser ciudadana y ciudadano, según los mandatos culturales (o según los mandatos de la cultura hegemónica). En esta perspectiva, la educación aporta significativamente a cuestionar los estereotipos y las percepciones dominantes, así como a la construcción de interacciones basadas en el respeto y el reconocimiento de todas y todos como sujetos de derechos, diferentes y diversos, pero iguales en derechos y en dignidad.
La relación entre el enfoque intercultural y de género forma parte de la dinámica de los procesos de fortalecimiento de capacidades de las personas. Se parte de la importancia de garantizar el derecho a una educación de calidad para hombres y mujeres, lo cual implica garantizar iguales oportunidades de aprendizaje y desarrollo para ambos. Desde esta consideración, se dialoga, se delibera con relación a las concepciones y prácticas culturales que podrían dificultar o impedir la mencionada situación de igualdad.
La transversalización de los enfoques intercultural y de género en el Observatorio permitirá mirar con lentes interseccionales los mecanismos y las acciones del este espacio, esto implica la promoción del diálogo y las opiniones desde este horizonte en el proceso de selección y retroalimentación de los documentos teniendo en cuenta una cuota de género, así como el uso del lenguaje inclusivo.
Enfoque del Buen Vivir
En la búsqueda de paradigmas alternativos a los modelos homogeneizantes dominantes, diversos colectivos y redes latinoamericanas han enarbolado el concepto de buen vivir que traduce al castellano diferentes nociones como sumaq kawsay del quechua, kametsa asaiki del ashaninka, shiir waras del achuar y kume möngen del mapundungun (lengua del pueblo Mapuche), entre otras que, desde diferentes tradiciones culturales indígenas, articulan filosofías sobre la vida, concepciones sobre la educación de las niñas y los niños y perspectivas sobre la convivencia entre los seres humanos y sus relaciones con los diferentes seres que pueblan el universo5Trapnell, L. (agosto, 2015). Currículos y paradigmas civilizatorios: apuntes para un debate. Ponencia presentada en el seminario Aprendizajes para el siglo XXI: Una mirada desde la Educación Popular (organizador: Instituto Pedagógico Popular): 2015, 4 y 5 de agosto. Lima: EISA SRL. y la visión del ser humano como parte de este universo.
Todo lo anterior entraña una filosofía de vida, y una concepción de desarrollo de sus pueblos. Dicha concepción puede definirse como vivir en comunidad, especialmente en complementariedad. Implica una vida comunal armónica y autosuficiente, donde podamos complementarnos y compartir sin competir; vivir en armonía con las personas, la naturaleza y sus diversas espiritualidades.
Uno de los aspectos fundamentales del Buen Vivir, es la búsqueda del equilibrio con la naturaleza en la satisfacción de las necesidades comunitarias (“tomar solo lo necesario” con vocación para perdurar), en oposición al crecimiento económico; es decir, una forma de vida más digna y apegada a la vida, inspirada en los valores tradicionales indígenas6Quintanilla, N. (2013). La propuesta del “buen vivir” o “vivir bien”, nuevo paradigma para la gobernabilidad salvadoreña. Disponible en http://www.alainet.org/es/active/63957#sthash.6ZBN8dCh.dpuf. En este sentido, uno de los conceptos de este enfoque que aporta a la educación es la educación ambiental. El enfoque de buen vivir propone una mirada holística al ambiente conjugando aspectos sociales, económicos, políticos, ecológicos y espirituales asociados al mantenimiento de la salud integral y del ambiente natural en un marco de relación con el “alma” y el cosmos; de tal manera que la formación en aspectos ambientales y de la salud total deban ser vistas como un aspecto fundamental del enfoque del buen vivir y del cuidado7Boff, L. (2012). El cuidado necesario. Madrid: Ed. Trota.
Este enfoque se ha elegido por la apuesta que viene realizando la Universidad Antonio Ruiz de Montoya en contribuir a la educación de calidad y con pertinencia cultural en las distintas regiones en las que trabaja de la mano con actoras y actores locales lo que permite comprender los principios, los sentidos y las visiones del mundo de los pueblos indígenas con los que trabaja: quechuas, awajún, asháninka, wampis, así como con comunidades campesinas y distintas organizaciones locales del interior del país. Desde el Observatorio, este enfoque se visibiliza en la generación de información sobre los retos de la educación intercultural rural desde las filosofías de nuestros pueblos originarios, así como en el recojo de discursos escritos y orales autores y autoras de estos pueblos.
Enfoque crítico–reflexivo
El enfoque crítico-reflexivo tiene sus raíces en las teorías sociales críticas que conciben la educación como una respuesta a las necesidades de transformación social en la perspectiva de construir sociedades democráticas y equitativas, que respondan a las aspiraciones de justicia y bienestar. Entre sus aportes se encuentran las siguientes ideas: los medios didácticos son resultado de la negociación y consenso, el aprendizaje es un proceso social y dialéctico, la/el estudiante es coaprendiz, la relación de docente-estudiante busca el compromiso por el cambio, el desarrollo de valores cooperativos, solidarios y de liberación, entre otras.
Este enfoque plantea la necesidad de orientar la gestión y la formación en la Educación peruana promoviendo una docencia con amplio dominio de destrezas cognitivas y relacionales, con actitud de compromiso ético a favor del cambio, desarrollo del ser autocrítico, de sus habilidades investigativas, su capacidad para aprender sobre la propia experiencia, construir saberes pedagógicos, validar propuestas, afirmar la identidad y la autonomía profesional docente, directivo y de todo actor y actora que toma decisiones en los diferentes niveles en la Educación.
En el Observatorio, se promueve la aplicación de este enfoque en los artículos y los diversos documentos, tanto teórica como metodológicamente, para la incidencia en la gestión educativa a nivel nacional, regional y local, como al desarrollo de los procesos de gestión y pedagógicos que se implementan en instituciones educativas.
Enfoque territorial
En el contexto actual de pandemia, se releva la importancia de este enfoque que permite visibilizar y accionar comprendiendo las realidades diversas según los territorios, tomando en cuenta sus demandas, fortalezas, necesidades y condiciones geográficas, culturales, sociolingüísticas. A través del diálogo intercultural, que reconoce las desigualdades y brechas históricas, se concibe la interacción con personas, comunidades indígenas, campesinas y afroperuanas, así como con instituciones y asociaciones para el desarrollo articulado desde sus múltiples dimensiones. Este enfoque propone una gestión articulada, participativa, efectiva y que considera de vital importancia la planificación, la implementación, la evaluación y el monitoreo de procesos estatales.
El enfoque territorial abordado desde el Observatorio coloca como punto clave en la agenda educativa nacional el reconocimiento de la diversidad de actores y actoras desde territorios diversos con la finalidad de posicionar la necesidad de una gestión educativa intersectorial en diálogo con ministerios, instituciones, organizaciones a nivel gubernamental y privado con base en las políticas y normativas públicas sobre la educación como bien público, desde y para cada territorio. En este sentido, se releva la participación efectiva de las y los actores locales como sujetos de derecho en las tomas de decisiones que incidirán en el desarrollo de sus comunidades.