El Currículo Nacional de la Educación Básica [CN] (Ministerio de Educación [Minedu], 2017) estipula que el objetivo de la educación peruana es dotar a las y los individuos de las competencias necesarias para enfrentar los retos que demanda el mundo actual. Asimismo, hace hincapié en una evaluación formativa centrada en la y el estudiante y en su contexto. Y dicha propuesta, no ha cambiado durante la pandemia. Ante eso, surge la pregunta: ¿Cómo realizar una evaluación auténtica de los aprendizajes en pandemia?

¿Qué entendemos por evaluación auténtica?

La evaluación auténtica se centra en la y el estudiante y en su proceso de aprendizaje. Por ello, se vincula estrechamente con el contexto real de estos y toma en cuenta sus saberes previos, su nivel cognitivo, su ritmo de aprendizaje, etc. De modo que lo invita a poner en práctica sus habilidades y conocimientos para que logre responder de forma eficiente a las diversas problemáticas de su entorno. (Ahumada, 2005; Álvarez, 2005; Suarez, 2015)). Al respecto, Condemarín y Medina (2000, p.21) presentan un esquema con los nueve principios de este enfoque de evaluación:

  • Es una instancia destinada a mejorar la calidad de los aprendizajes
  • Constituye parte integral de la enseñanza
  • Evalúa competencias dentro de contextos significativos
  • Se realiza a partir de situaciones problemáticas
  • Se centra en las fortalezas de los estudiantes
  • Constituye un proceso colaborativo
  • Diferencia evaluación de calificación
  • Constituye un proceso multidimensional
  • Utiliza el error como una ocasión de aprendizaje

Así, en base a dichos principios, se infiere que la evaluación auténtica es una práctica pedagógica concreta. (López, 2011). Esta puede darse en la cotidianeidad del quehacer educativo, y es aplicable a todos los contextos. En ese sentido, es posible realizarla tanto en clases presenciales, como en virtuales. Por todo lo mencionado, resulta imperante realizar una evaluación auténtica de los aprendizajes en pandemia. Pues es importante que se priorice el proceso que llevan los estudiantes, y no solo se les evalúe en función al resultado final.

¿Cómo evaluar las competencias en pandemia según el Minedu?

Ahora bien, en octubre del 2020, en respuesta a la pandemia, el Minedu aprobó las Orientaciones para la evaluación de competencias de estudiantes de la Educación Básica en el marco de la emergencia sanitaria por la COVID-19. Este documento continúa con su propuesta de evaluación formativa, y precisa que esta tiene que ser flexible y se debe centrar en el bienestar del estudiante. Asimismo, sostiene que se deben retroalimentar y orientar los aprendizajes. Esto, para que las y los estudiantes fortalezcan su reflexión crítica y logren desarrollar las competencias planteadas por el CN.

A pesar de ello, se sigue haciendo hincapié en la importancia de las evidencias de aprendizaje y en los resultados. Específicamente se menciona que: “La determinación del nivel de logro de la competencia se realiza con base en las evidencias de aprendizaje relevantes” (R.V. 193-2020, Minedu, 2020). Pero ¿Con qué criterio se determina la “relevancia” de estas evidencias? ¿Cómo saben las y los docentes que las evidencias son el reflejo real del desarrollo de competencias de sus estudiantes?

Estas preguntas resaltan los vacíos que presentan las Orientaciones de evaluación propuestas por el Minedu. Pues se establece que la y el docente debe evaluar al estudiante en base a las evidencias. Y no se toma en cuenta que estas sólo reflejan cuánto saben los estudiantes de determinados temas; y no cuál es su progreso o su nivel de eficiencia frente a problemas de la vida real. Este hecho demuestra que la evaluación no se dará bajo un enfoque formativo, como el que avala el CN.

Dicha situación debe atenderse con suma urgencia, y esto lo confirma la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura: “Es necesario seguir avanzando en instancias donde los y las docentes puedan aprender sobre formas concretas de aplicar evaluación formativa en el aula virtual o híbrida de hoy” (UNESCO, 2020)

Alternativas para realizar una evaluación auténtica de los aprendizajes en pandemia

Una alternativa de solución para esta problemática es que  las y los docentes planteen actividades auténticas, que propicien un aprendizaje integral que puede evaluarse -valga la redundancia- de forma auténtica. Según Ravela (2009), este tipo de actividades deben darse en base a una situación de la vida real que afecte a las y los estudiantes, y, por ende, los motive a buscar una solución viable. Además, este tipo de actividades se vinculan a la evaluación formativa que propone el Minedu, la cual tiene que reinventarse en pandemia.

En esa línea, el método de Aprendizaje basado en Problemas (ABP) o el Aprendizaje Basado en Proyectos, son dos opciones ideales para que el o la docente aplique una evaluación auténtica de los aprendizajes en pandemia. Pues, según Frola y Velázques (20011), estos posibilitan que el o la estudiante desarrolle competencias de forma óptima, ya que les permite enfrentarse y solucionar problemas de la vida real. Además, la y el docente se convierte en un guía que orienta a los estudiantes mientras estos, de forma autónoma, construyen sus aprendizajes.

En estos métodos, son imprescindibles tres elementos: el diagnóstico, el seguimiento y la retroalimentación constante. Los cuales, son componentes propios de la evaluación auténtica. Ya que no solo se evalúa en función al resultado final, sino que se toma en cuenta el proceso del estudiante, así como sus saberes previos, su contexto y su respuesta frente a una situación real. Esto, reafirma lo que la UNESCO menciona sobre la importancia de la evaluación:

“[Esta constituye] un instrumento eficaz de medición, planificación, seguimiento y mejoramiento del aprendizaje. Las evaluaciones recopilan informaciones sobre los conocimientos de los educandos y sobre lo que pueden hacer gracias a estos logros” (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2019)

Reflexiones finales

En resumen, la evaluación debe centrarse en cuán preparados están los estudiantes para enfrentar problemáticas reales que viven como personas, y como miembros de una comunidad. Por ello, la evaluación auténtica de los aprendizajes en la pandemia no debe limitarse a que el docente califique, sin criterio alguno, las evidencias de aprendizaje. Ya que estas no siempre reflejan el proceso de los estudiantes, y tampoco demuestran con certeza cuál es el nivel de logro de competencia que han adquirido durante dicho proceso.

A modo de reflexión, la pandemia es un llamado de atención al Sistema Educativo peruano; porque ha visibilizado la desigualdad de oportunidades para acceder a una educación de calidad. Parece utópico solucionar esta realidad, pero no es imposible. Por ello, un primer paso hacia la mejora, será que las escuelas cuenten con una plana docente capacitada para desarrollar actividades auténticas, y con ello, puedan brindar una evaluación auténtica que se centre en la formación íntegra del estudiante. En fin, si esto se quiere lograr con éxito en la pandemia, también será necesario que los docentes desarrollen competencias digitales que les permitan realizar una labor más eficiente durante la educación virtual o remota.  

Referencias Bibliográficas

Ahumada, P. (2005). La evaluación auténtica: un sistema para la obtención de evidencias y vivencias de los aprendizajes. Perspectiva educacional, Formación de profesores, (45), 11-24.

Álvarez, I. (2005). Evaluación como situación de aprendizaje o evaluación auténtica. Perspectiva Educacional, Formación de Profesores, (45), 45-68. 

Condemarín, M., & Medina, A. (2000). Evaluación de los aprendizajes. Santiago de Chile: MINEDUC. doi, 10.

Frola, P. & Velásquez, J. (2011). ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS POR COMPETENCIAS, Diseños eficientes de intervención pedagógica. México-CIECI.

López, M. (2011). Evaluación auténtica de los aprendizajes en Historia y Ciencias Sociales: contexto, problemáticas y alcances metodológicos. Horizontes educacionales, 16(2), 73-92.

Ministerio de Educación (2017) Currículo Nacional de la Educación Básica. Lima.

Ministerio de Educación (11 de Octubre del 2020). RVM N° 193-2020. En Lima.  

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2019) Evaluar para mejorar los resultados del aprendizaje. 

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO] (23 de Octubre, 2020). La evaluación formativa beneficia la autonomía de las y los estudiantes y hace visible los aprendizajes.   

Ravela, P. (2009). Consignas, devoluciones y calificaciones: los problemas de la evaluación en las aulas de educación primaria en América Latina. Páginas de educación, 2(1), 49-89.  

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