La educación peruana ha presentado diversas problemáticas desde sus inicios, tales como: analfabetismo, la poca inversión del Estado en el ámbito educativo, la comprensión lectora y matemática, entre otros. Además, se ha tenido que enfrentar la pobreza, la desigualdad, la exclusión, el hambre, y muchos otros factores que se han convertido en desafíos que hasta hoy en día no han sido atendidos en su totalidad. Actualmente, a todo lo mencionado se le suma la llegada de la pandemia provocada por el Coronavirus, que se ha encargado de acentuar las brechas entre los diversos sectores sociales. Por lo cual es necesario un cambio de paradigma.

En esa misma línea, dichos problemas inciden directamente sobre las dinámicas que surgen en la cotidianidad del aula de clases, la cual se ha visto obligada a migrar a espacios virtuales a causa de la pandemia por Covid-19. Es así como, actualmente, en diversas escuelas públicas ubicadas en el área urbana de Lima, docentes y estudiantes se reúnen por videoconferencia en plataformas como Meet o Zoom para desarrollar las actividades escolares.

Tomando en cuenta el contexto descrito, resulta imperativo que nos preguntemos: ¿Cómo pueden enfrentar los docentes los nuevos desafíos que presenta la comunicación oral durante la educación en pandemia? Para responder esta cuestión, la tesis de este ensayo sostiene que los docentes deben desarrollar actividades planteadas desde un enfoque comunicativo. Es así, que, a continuación, se expondrán dos importantes desafíos que han surgido para la comunicación oral. Y posteriormente, se finalizará sustentando la importancia de que los docentes planteen actividades basadas en el enfoque mencionado.

Para empezar, el primer desafío es generar espacios educativos virtuales que fomenten la interacción social entre los estudiantes. Esto resulta urgente porque la escuela es -y siempre ha sido- un “centro de convergencia” donde los estudiantes, a partir de su diversidad, intercambian vivencias y emociones. Dicha interacción incide en su formación y en la construcción de su identidad. (Chaux, 2003 citado en Arias, 2016). Esto lo confirma Cassany (2005), quien sostiene que “la comunicación oral es el eje de la vida social” (p. 35). Y esta es una realidad que debe ser tomada en cuenta por la escuela.

Esta incidencia social de la comunicación oral se ha visto entorpecida por el aislamiento social en pandemia. Este hecho trajo como consecuencia que la escuela sufra una drástica transformación: Dejó de ser un espacio físico de interacción, para migrar improvisadamente a la virtualidad. Esto, a su vez, causó el auge de la educación remota o virtual propuesta por el Estado peruano. Ejemplo de ello, son las sesiones organizadas por el programa “Aprendo en casa” (Ministerio de Educación [Minedu], 2021), cuyo contenido, además de estar en la web, se sigue transmitiendo a través de la televisión de señal abierta y por radio.

Es por ello por lo que, para docentes y estudiantes, la educación virtual se limita a ser un espacio de intercambio en torno a temas estrictamente académicos. Es decir, solo se dialoga en base a los contenidos planificados, y las pocas interacciones entre docentes y estudiantes, se limitan a estos (Avilés y otros, 2021). Por ejemplo, antes de la pandemia, la escuela ofrecía espacios como el recreo, el descanso entre clases, o el aula, para que los estudiantes compartan ideas sobre temas más allá de lo académico. Pero, en la virtualidad, estos espacios se han perdido por completo.

Sumada a la falta de espacios educativos de interacción entre estudiantes, el nuevo paradigma educativo peruano tiene un segundo desafío en pos de fortalecer la comunicación oral, esta es, que se debe dejar de priorizar la lecto-escritura en las escuelas peruanas durante la pandemia. Si bien es cierto que el aprendizaje de estas competencias es fundamental para participar en las prácticas sociales (Cassany, 2005; citado en Minedu, 2019), resulta urgente fortalecer la oralidad en este contexto.

Primero porque los recursos educativos propuestos por el Estado durante la pandemia se limitan a reunir evidencias en formato escrito. Es así como Aprendo en casa ofrece “guías de aprendizaje, audios, videos, cuadernos de trabajo y otros materiales” (Plataforma digital única del Estado Peruano, 2021). En consecuencia, es evidente que, para desarrollar las actividades planteadas en base a estos recursos, se da una comunicación unidireccional (Kaplún, 1988). Donde las fichas de trabajo o los docentes son los emisores, y los estudiantes toman un rol pasivo, siendo los receptores. Lo cual ha disminuido la participación de estudiantes en clases porque, precisamente, la comunicación oral entre ellos se ve afectada en los espacios educativos virtuales. (Avilés y otros, 2021; Troncos, 2021).

Entonces, para enfrentar los desafíos descritos, se propone que los docentes prioricen actividades basadas en un enfoque comunicativo. Pues este permite contextualizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, de modo que se pueda fortalecer la comunicación oral entre estudiantes. Asimismo, dicho enfoque no hace referencia exclusiva a la oralidad, también incluye el desarrollo de las competencias lectoescritoras (Troncos, 2021). Las cuales no deben dejarse de lado, pero sí deben dejar de priorizarse si es que se desean resolver las problemáticas descritas anteriormente.

Asimismo, es importante resaltar que el enfoque comunicativo permite que los docentes planteen actividades individuales y/o colectivas para promover el desarrollo óptimo de la comunicación oral. Puesto que, en contraposición al rol pasivo del estudiante durante la comunicación unidireccional (docente o ficha de trabajo – estudiante), los ejercicios interactivos en las clases virtuales motivan a los estudiantes y promueven su autonomía. (Diez, Herrera y Flores, 2017; Benoit, 2020).

En esa misma línea, las actividades basadas en un enfoque comunicativo, brindan herramientas a los estudiantes para que estos desarrollen sus capacidades y competencias, no solo en el área curricular de comunicación. Sino también, en las otras áreas y en las diversas situaciones comunicativas que enfrenten en su día a día. Esto es posible porque las actividades que priorizan la comunicación oral propician que los estudiantes reflexionen tanto de forma individual, como colectiva; y a su vez incrementan su participación y desenvolvimiento académico (Benoit, 2020). Lo cual es una facultad indispensable para enfrentar los otros problemas que trae consigo el aislamiento social.

Recapitulando, se ha demostrado la importancia de enfrentar dos grandes desafíos para la comunicación oral en pandemia. El primero, generar espacios virtuales de interacción social entre los estudiantes; y el segundo, se debe dejar de priorizar la lecto-escritura en las escuelas peruanas durante la pandemia. Esto para sustentar la idea de que los docentes deben desarrollar actividades planteadas desde un enfoque comunicativo para poder enfrentar eficientemente los desafíos mencionados.

En conclusión, la escuela es una micro sociedad que forma ciudadanos y ciudadanas, y si la comunicación se ve entorpecida por la falta de espacios físicos, se deben generar otros en la virtualidad, que permitan la interacción entre los y las estudiantes. Además, es importante generar un sentimiento de acogida para que estos no pierdan la motivación e interés por educarse. Asimismo, los y las docentes debemos seguir influyendo directa y activamente en el aprendizaje de nuestros estudiantes. Es por ello que la comunicación oral es un eje fundamental para mantener la educación activa y no caer nuevamente en la educación tradicional, donde el estudiante actúa de manera pasiva, y el docente es el único sujeto activo en el aula.

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