Las investigaciones educativas que se realizan en el Perú, y por experiencias previas, evidencian que aún existen métodos de evaluación tradicional, basada en la calificación numérica a las actividades de aprendizaje que realizan los estudiantes. Pues está tan impregnada en la educación, medir el conocimiento o saberes a partir de las notas. Lo cual hace que dejen de lado una evaluación formativa, en la que retroalimentar el aprendizaje es clave para seguir mejorando y aprendiendo con el fin de lograr los objetivos esperados.

Los estudiantes, tanto en la educación básica como en la educación superior, están más enfocados en obtener una nota aprobatoria, dejando de lado las reflexiones sobre la manera en cómo y qué están aprendiendo. Es así que, en el presente artículo con enfoque educativo, se presenta la siguiente tesis: el impacto positivo del desarrollo de la retroalimentación en la enseñanza- aprendizaje.

Esta tesis será abordada a través de premisas, que expliquen la importancia de la retroalimentación en la evaluación formativa, la conceptualización e importancia de la retroalimentación y sus efectos positivos en la enseñanza y aprendizaje. Asimismo, se tomará en cuenta aspectos fundamentales como el tiempo y la meta u objetivo en la que debe estar alineada la retroalimentación dentro de la enseñanza- aprendizaje. De igual manera, se responderá a la siguiente pregunta de investigación ¿Cuál es la importancia de la retroalimentación en el logro del propósito educativo en la enseñanza- aprendizaje?

Fuente: Fernando Llanos Masciotti, 2020. Educación.

La retroalimentación formativa y su relación con la evaluación de aprendizaje

La evaluación de aprendizaje está estrechamente relacionada con el currículo, ya que de estas dos depende que el aprendizaje del estudiante llegue al objetivo que se espera. Es así que la evaluación tiene una gran importancia dentro del aprendizaje, pues es el medio por el cual se determina el grado en la que una persona ha logrado adquirir el conjunto de conocimientos y capacidades predeterminados (Muskin, 2015). Existen varios tipos de evaluaciones; la sumativa basada en otorgar calificaciones numéricas o de signos en la realización de una actividad. La evaluación por medias en la que se compara el aprendizaje de un estudiante con otro; la evaluación diagnóstica, que permite tener un previo diagnóstico sobre el aprendizaje del estudiante y la evaluación formativa que evalúa el rendimiento del estudiante durante su formación.

En este artículo nos centraremos en la evaluación formativa, ya que esta permite detectar dificultades y progresos en la enseñanza-aprendizaje. Asimismo, dentro este tipo de evaluación se realiza con frecuencia la retroalimentación, lo cual contribuye a lograr los objetivos esperados.  Entendida por retroalimentación, como un proceso de comunicación dialógica entre el docente y el estudiante; ya que este primero genera sugerencias y comentarios al estudiante a partir de la información arrojada por la evaluación, para que este segundo a partir de los comentarios del profesor, realice ciertas acciones para mejorar su aprendizaje (Contreras & Zuñiga, 2018).

Es así que, la retroalimentación resulta de vital importancia para el aprendizaje formativo y la calidad de las interacciones entre el profesorado y el estudiante. Esto debido a que su finalidad es ver cómo el docente difunde, comparte y menciona la información y cómo el estudiante la interpreta, comprende y reflexiona la información recibida (Canabal & Margalef, 2017). Es decir, retroalimentar es un paso consecutivo de la evaluación, ya que esta segunda arroja una información específica acerca de lo que el alumno ha desarrollado, así como aquello que no ha desarrollado como aprendizaje y permite brindar orientaciones al docente sobre su enseñanza (Contreras & Zuñiga, 2018).

La retroalimentación clave en el proceso de enseñanza y aprendizaje

Cuando se evalúa, la retroalimentación actúa como una actividad clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pues, en primer lugar, ayuda a que el docente adquiera evidencias sobre el aprendizaje de sus estudiantes con la finalidad de adecuar, modificar, ajustar y si fuera posible, rediseñar el entorno de aprendizaje dentro de su práctica docente (Canabal & Margalef, 2017). Estas modificaciones se dan con la intención de que el profesor pueda actuar de manera efectiva en su enseñanza, para que el estudiante como beneficiario directo, pueda lograr los aprendizajes que se espera en un determinado curso, grado y nivel.

En tal sentido, los docentes al momento de realizar una retroalimentación deben hacerse las siguientes preguntas ¿Qué tan efectiva es la retroalimentación que les brindo a mis estudiantes? ¿Realmente está teniendo un efecto positivo en su aprendizaje? ¿Mi estudiante ha ido mejorando a partir de las retroalimentaciones que hago? A partir de estas cuestiones es que el docente debe partir para brindar efectivas retroalimentaciones y no basarse en la aplicación de notas numéricas o en comentarios donde se mencionan los errores cometidos (Evaluación sumativa), ya que la idea es ayudarle a enriquecer su aprendizaje.

En segundo lugar, la retroalimentación permite al estudiante recibir información por parte del docente sobre su proceso de adquisición de saberes con la finalidad de que pueda lograr los objetivos de aprendizaje (Lozano & Tamez, 2014). En este sentido, la retroalimentación busca que el estudiante pueda entender la distancia entre lo que comprendió y lo que debía comprender, o cómo fue su desempeño en la ejecución de una actividad de aprendizaje. Es decir, esta información que recibe el estudiante sobre sus logros, nivel de comprensión, proceso y actividades referidos a ciertos criterios precisos y consensuados, lo ayuda a que en un tiempo corto o largo pueda mejorar su aprendizaje (Canabal & Margalef, 2017).

Los comentarios que recibe el estudiante sobre alguna actividad realizada o sobre su proceso de aprendizaje permite que reflexione sobre este llegando a realizarse cuestiones como: ¿Qué aprendí? ¿Cómo lo aprendí? ¿Qué tengo que mejorar? Esto con la finalidad de poder tomar decisiones que le ayuden a mejorar su aprendizaje. Asimismo, los comentarios claros, detallados y precisos que realiza el docente tiene un impacto positivo en la dimensión afectiva en los estudiantes, ya que genera una alta motivación y una mayor participación de querer seguir aprendiendo (Canabal & Margalef, 2017). Pues, los alumnos se sienten partícipes de su propio aprendizaje y dentro de la comunidad al recibir una retroalimentación centrada en la persona y como poseedor de conocimientos.

La retroalimentación centrada en una meta, tiempo oportuno y más allá de símbolos sin un propósito

Cuando se habla de retroalimentación esta no debe limitarse a brindar comentarios sobre respuestas correctas e incorrectas, que contengan símbolos, palabras sin un fin y puntajes de notas (Contreras & Zuñiga, 2018).  Ya que si se le otorga una calificación a la actividad realizada se estaría evaluando de manera sumativa, lo cual no favorece a la obtención de los objetivos o metas de aprendizaje que se quiere lograr. Es así que, para lograr una retroalimentación efectiva, el estudiante debe sentirse partícipe de su aprendizaje usando la información brindada por el docente con la intención de avanzar y mejorar, conocer y comprender su estado actual de aprendizaje y el conocimiento nuevo que ha adquirido.

Siguiendo con la línea anterior, un aspecto fundamental de la retroalimentación es que debe estar ligado a un nivel de referencia o meta hacia cual quiere dirigirse. Esto debido a que, se pueda comparar el nivel actual de desempeño con el estándar de aprendizaje requerido (Contreras & Zuñiga, 2018). Para que así, el alumno pueda ejercer acciones apropiadas que lo conduzca a mejorar su aprendizaje y a cerrar las brechas entre su actual estado de aprendizaje y el deseado. Pues, como se ha venido explicando, lo que se quiere es que el estudiante durante la realización de alguna actividad pueda comprender y reflexionar sobre su proceso de aprendizaje.

Otro aspecto fundamental, recae en la importancia de que la retroalimentación sea brindada a tiempo, para que el estudiante al recibirla tenga interés de utilizarla para mejorar en su proceso de aprendizaje (Canabal & Margalef, 2017). Es decir, esta debe ser oportuna para que el alumno pueda utilizarla en el momento correcto y así poder perfeccionar la actividad de aprendizaje que se está realizando, ya que no servirá de nada si se recibe la retroalimentación posterior a la actividad (Contreras & Zuñiga, 2018).

El brindar a tiempo la retroalimentación, va a permitir a que el estudiante clarifique sus dudas con respecto a la tarea encomendada. De igual manera, el estudiante podrá reflexionar sobre su quehacer, realizando preguntas como: ¿Cómo lo estoy haciendo? ¿Hacia a dónde estoy yendo? Lo cual, con la información obtenida, podrá guiarse hacia el objetivo de aprendizaje del curso y de cada actividad en particular.

A todo lo mencionado anteriormente, se quiere recalcar que la retroalimentación no garantiza aprendizajes, sino que aumenta la posibilidad de que el estudiante quiera seguir aprendiendo y mejorando (Contreras & Zuñiga, 2018). Pues si las sugerencias o comentarios que realiza el docente es considerada útil, ayudará a que el estudiante pueda reafirmar lo que conoce y a comprender en qué aspectos debe ir mejorando y qué cosas debe hacer para seguir aprendiendo. Asimismo, le permitirá al estudiantado ser partícipe de su aprendizaje y desarrollar habilidades de autoevaluación y monitoreo.

Conclusiones Finales

A modo de conclusión, podemos mencionar que la retroalimentación es de vital importancia dentro de la evaluación, ya que ayuda a mejorar los procesos de enseñanza- aprendizaje. Pues, una retroalimentación formativa, permite esa interacción dialógica entre el docente y estudiante con la finalidad de que de manera conjunta puedan lograr el objetivo o meta esperado. Asimismo, la retroalimentación ayuda a que el docente tenga información sobre el aprendizaje de sus estudiantes, lo cual lo ayudará a modificar, ajustar y mejorar su didáctica de enseñanza. De igual manera, ayuda al estudiante en la comprensión sobre su proceso de aprendizaje, brindando información sobre qué ha comprendido y lo que debió comprender, esto con la intención de ir mejorando y aprendiendo.

Para que la retroalimentación sea efectiva es necesario brindarla en el tiempo oportuno y tener una meta u objetivo, que los oriente en la adquisición del aprendizaje o desempeño que se quiere lograr. En este sentido, se pretende que el docente y estudiante se encuentren en constante reflexión sobre la enseñanza y aprendizaje que se quiere lograr en un determinado momento con impactos positivos en el futuro.

Referencias Bibliográficas

Canabal, C & Margalef, L (2017). La retroalimentación: la clave para una evaluación orientada al aprendizaje. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 21 (2), pp. 149-170.  http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=56752038009

Contreras, G & Zuñiga, C. G. (2018). Concepciones sobre Concepciones sobre retroalimentación del aprendizaje: Evidencias desde la Evaluación Docente en Chile. Actualidades Investigativas en Educación, 18(3), pp. 1-25. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44759784018

Lozano, F. G. & Tamez, L.A.  (2014). retroalimentación formativa para estudiantes de

educación a distancia. Revista Iberoamericana en educación a distancia, 17 (2), pp 197-221. http://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/12684/11878

Muskin, J. A (2015). Evaluación del aprendizaje del estudiante y el currículo: Problemas y consecuencias para la política, el diseño y la aplicación. Oficina Internacional de Educación (IBE). http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/resources/ipr1-muskin-assessmentcurriculum_spa.pdf

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Jackeline Noemí Boza Taype es estudiante de décimo ciclo de la carrera de Educación secundaria con especialidad en Lengua y Literatura de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). Proveniente de la Región de Huancavelica y beneficiario de la Beca Vocación de Maestro 2017 – Pronabec.


Jackeline Boza Taype

Jackeline Noemí Boza Taype es estudiante de décimo ciclo de la carrera de Educación secundaria con especialidad en Lengua y Literatura de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). Proveniente de la Región de Huancavelica y beneficiario de la Beca Vocación de Maestro 2017 – Pronabec.

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