Esta pandemia ha supuesto un gran desafío en distintos ámbitos, pero sobre todo en el de la educación y más en las zonas rurales. En zonas como la que nos encontramos el Estado todavía no llega a proporcionar atención en algunos servicios básicos, como lo son el agua o la luz, y mucho menos en cuanto a telefonía o internet. Es por ello que la educación ha supuesto un desafío desmesurado en la zona, ya que no había medios para desarrollarla de manera virtual y la pandemia no permitía la movilización ni el contacto social. Las alternativas que se proponían desde el Estado no eran viables en nuestra realidad: las familias no disponen de televisor ni radio y durante el año 2020 ni siquiera disponían de energía eléctrica, con lo que el programa Aprendo en Casa, quedaba fuera del alcance de nuestros y nuestras estudiantes.

Este artículo pretende mostrar las dificultades que se han ido presentando a lo largo de este segundo año de pandemia y de qué maneras hemos intentado salvarlas a fin que los y las estudiantes pudieran seguir su desarrollo de habilidades socioemocionales e interculturales (HSEI)  según el Programa Horizontes desde el Vicariato San Francisco Javier, de Jaén. La experiencia que relatamos se desarrolla en el colegio Moisés Moreno Romero de Huampami.

La I.E. Moisés Moreno Romero es uno de los 5 colegios nodo del Programa Horizontes en el departamento de Amazonas, colegio de educación secundaria rural de la comunidad de Huampami, en el distrito de Cenepa, provincia de Condorcanqui.

¿Cómo iniciamos la experiencia? Primeros retos

Para narrar nuestra experiencia de 2021 debemos primero hacer un poco de historia y remontarnos al inicio del Programa dos años antes: en 2019. Iniciamos la vivencia y desarrollo de las sesiones de HSE en esta I.E. y al final del año parecía que se abría un horizonte en la experiencia de las habilidades socioemocionales, no solo en los y las estudiantes, sino también en las y los docentes. Nos encontrábamos al inicio, con ilusión y con muchas potencialidades de trabajo. Pero llegó la pandemia, el confinamiento y el cese de toda actividad en el ámbito educativo y más en nuestra zona donde las posibilidades de un estudio virtual se reducen a mínimos tan bajos que no son asequibles para la mayoría de los estudiantes.

Las sesiones de HSE requieren presencialidad para poder vivirlas. Son eminentemente actividades que demandan mucho contacto e interacción y que difícilmente se pueden experimentar a solas por medio de un texto escrito. A pesar de todo, se hizo el esfuerzo de convertir esas sesiones en sesiones autoinstructivas. Así se procedió en 2020. No funcionó: los estudiantes no entendían, no estaban acostumbrados, no había posibilidades para la virtualidad en nuestra zona, con solo una antena de Movistar que alcanza a las justas para comunicarse por llamada telefónica y con un servicio muy deficiente, que nos deja incomunicados por semanas. Además de esto, la cultura awajún es de tradición oral y con mucho contacto con la naturaleza, con lo que lo que se podía ofrecer a nuestros estudiantes no llegaba a ser efectivo ni eficaz.

¿Cómo se respondió frente a la adversidad de condiciones?

A pesar de todo esto, frente a la adversidad de condiciones, durante el 2021 se realizaron varios intentos: en un primer momento se siguió con la línea de las fichas autoinstructivas –se adaptaban las sesiones de HSEI del Proyecto Naturaleza a un entorno virtual. Se tradujeron al idioma awajún para los y las estudiantes de 1º y 2º, validando con un conjunto de alumnos las traducciones. No funcionó: eran pocos quienes entregaban las fichas desarrolladas, muchos las perdían y un buen número de estudiantes manifestaba no entender nada.

En un segundo momento, coordinando con el director de la I.E., se optó por desarrollar las sesiones de manera presencial, los miércoles, como una actividad alternativa que permitiera desarrollar habilidades en los estudiantes y, con ello, fortalecer sus herramientas para enfrentar las consecuencias de este tiempo de pandemia. Esto tampoco llegó a darse debido a que surgieron problemas entre la plana docente y los padres de familia, que demandaban el retorno a la presencialidad.

El siguiente intento fue el retorno a la presencialidad, que llegó en septiembre, por unas dos semanas, y después en noviembre. Cuando por fin se logró la presencialidad surgió otro desafío: la Municipalidad había iniciado obras de mejora de la infraestructura en la I.E. y, ante la presión constante de los padres de familia, la plana docente optó por ir a presencialidad en las condiciones que fueran. Durante unas tres o cuatro semanas se impartieron las clases, pero, debido a que no había espacio para que estuviera cada grado en sus aulas, se emplearon espacios amplios donde se concentraron varias secciones juntas.

Con todo, cabe destacar el esfuerzo de profesores y estudiantes para desarrollar las sesiones, a pesar del hacinamiento y la falta de condiciones para el desarrollo de estas adecuadamente.

 ¿Qué se desarrolló durante este tiempo?

En noviembre se logró llevar a cabo algunas actividades que ayudaron a poner de manifiesto estas habilidades socioemocionales de los estudiantes: teatro itinerante, grabación de micro-programas radiales. Estas actividades estaban en el marco de la línea de Protección del Programa Horizontes y permitieron que los estudiantes implicados pudieran expresarse ante sus padres por medio del teatro posibilitando un diálogo entre ellos, tras la culminación de la actividad.

Cabe destacar también el trabajo realizado por contextualizar las sesiones de habilidades socioemocionales a la realidad awajún y wampis propia de la zona de Amazonas donde nos encontramos, con la introducción de temas delicados en la cultura, como lo son las creencias- en concreto la brujería-, o el machismo y la diferencia de roles de género tan marcados en la cultura.

En el marco del desarrollo de Proyectos de Aprendizaje, donde también se desarrollan habilidades socioemocionales e interculturales, cabe resaltar la presencia de sabios y sabias awajún en la I.E., para tratar el tema de valores ancestrales y la nueva realidad educativa que viven los y las estudiantes. En estas actividades los estudiantes se mostraron espontáneos y bastante participativos cuando se les pidió que conversaran con los sabios y sabias sobre sus costumbres ancestrales.

Con todo, de nuevo se abren nuevas perspectivas y posibilidades de trabajo en la línea de habilidades socioemocionales e interculturales articuladas a las restantes líneas del Programa y, en concreto, a la de Protección, de manera que los y las estudiantes queden más fortalecidas para enfrentar situaciones de violencia.

Para el presente año se proyecta poder desarrollar el Programa completo de habilidades socioemocionales e interculturales contextualizado y poder evaluar los logros alcanzados a fin de año, así como ir realizando ajustes donde se vea que es necesario a partir de las experiencias vividas por los alumnos en este ámbito.

Conclusiones

Cabe destacar todos los esfuerzos realizados por las dificultades debidas, no solo a la pandemia sino a la gran brecha económica en nuestra zona amazónica. Todo ello pone de manifiesto la gran capacidad de adaptación frente a las adversidades por parte de docentes y estudiantes, quienes no han desarrollado las habilidades de la manera que se había planificado-por lo expuesto en el artículo-, más sí han desarrollado su capacidad de resiliencia, apertura a la experiencia y adaptación a las nuevas circunstancias.

Resaltamos también aquellas actividades que han permitido que los y las estudiantes expresaran sus habilidades a través de su propia cultura y sería deseable continuar implicando a sabios y sabias awajun que hagan nexo entre ambas culturas y que permitan el diálogo de saberes. Todo ello permite ir contextualizando mejor las HSEI ubicándolas en un ámbito más comprensible para el alumnado.

Pese a todo, consideramos que es muy necesario el retorno a la presencialidad para que se pueda realizar la experiencia propuesta por el Programa Horizontes desde el Proyecto Naturaleza, ya que se trata de trabajarlas de manera explícita, y que los y las estudiantes puedan ir desarrollando capacidades que les permitan continuar desarrollando y mejorando su Proyecto de Vida.

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Religiosa misionera de La Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, reside en la comunidad nativa de Huampami (Cenepa) desde el año 2011, trabajando fundamentalmente en ámbitos de educación secundaria rural.

Categorías: UNESCO-Horizontes

Gema Pérez Jover

Religiosa misionera de La Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, reside en la comunidad nativa de Huampami (Cenepa) desde el año 2011, trabajando fundamentalmente en ámbitos de educación secundaria rural.

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