Estudio realizado por el Centro Global para el Desarrollo Integral del Niño (GCD-WC) de la Universidad de Notre Dame en alianza con el Programa Horizontes de UNESCO Perú con la autoría de Patricia Cabrerizo, Nikhit D’Sa, Wendy Smith y Andrea Velásquez (2020)

I. Respecto de los Objetivos y Antecedentes del Estudio

El estudio Percepciones Locales sobre Habilidades Socioemocionales de Adolescentes y Jóvenes en Perú (Cabrerizo et al., 2020) fue realizado por el Centro Global de Desarrollo del Niño de la Universidad de Notre Dame (GCD-WC) en colaboración con el programa Horizontes de UNESCO Perú. El objetivo principal de esta investigación fue explorar cómo las personas involucradas en las escuelas rurales donde se desarrolló el Programa Horizontes definían y percibían las habilidades socioemocionales que consideraban atribuibles al éxito en el desarrollo profesional y académico de personas reales de su comunidad (Cabrerizo et al., 2020). La investigación enfatizó a jóvenes y adolescentes de dichas comunidades, debido a las potencialidades y complejidades de este grupo etario (UNICEF, 2002 citado en Cabrerizo et al., 2020) y a otros miembros clave como directivos, docentes, padres y madres de familia. De modo que se podía establecer una tipología de prioridades en habilidades socioemocionales según el tipo de actor con el que se trataba.

El estudio tuvo que superar una limitación inicial que era la diversidad conceptual empleada para definir lo que constituye una habilidad socioemocional. Debido a esto la investigación partió de un ejercicio de construcción del concepto mínimo de habilidades socioemocionales a partir de la propuesta de De Fruyt, Wille y John (2015) como características individuales que se muestran en pensamientos, emociones y formas de comportarse. Además, estas características se aprenden en distintos espacios sociales y culturales, formales e informales, influyendo en la salud física y mental de los estudiantes, así como su empleabilidad, rendimiento académico, capacidad para relacionarse con otras personas y adaptabilidad a entornos y situaciones nuevas (YouthPower Learning, 2017).

Asimismo, a partir del trabajo de Berg et al. (2017) se identificó el reto que representa el diseño de herramientas de medición socioemocional que sean cultural y contextualmente adecuadas para emplear en el medio rural. Esto en vista de la utilización de conceptos de teoría socioemocional poco aptos para grupos diversos en materia cultural y lingüística. El estudio enfatiza la importancia de desarrollar habilidades socioemocionales en la adolescencia, tanto por la maleabilidad de los jóvenes en esta etapa, como debido al gran impacto en las trayectorias vitales de las y los adolescentes que se obtiene de dichas herramientas (Kim & Ross, 2019). En consecuencia, esta investigación estudió las herramientas y aproximaciones alternativas para explorar las habilidades socioemocionales de manera familiar a las comunidades con las que se trabaja (Kennedy et al., 2014), buscando maximizar el impacto de las propuestas de proyectos como el Programa Horizontes.

De esta manera el estudio se distanció de los modelos preestablecidos de habilidades socioemocionales como habilidades blandas, habilidades no-cognitivas o habilidades para la vida, términos que al usarse de manera intercambiable dificultan su estudio (Ríos et al., 2022). Optando por una aproximación culturalmente apropiada para evaluar y conceptualizar las habilidades socioemocionales (Elias y Hatzichristou, 2016). También se buscó priorizar las ideas que surgieran de las percepciones de las comunidades en las que se llevó a cabo la investigación. A partir de ello los investigadores se propusieron comprender las perspectivas locales sobre estas habilidades, considerando las opiniones de estudiantes, docentes, padres y madres de familia. Esta metodología permitió obtener una visión más completa y arraigada en la realidad de las comunidades estudiadas (Cabrerizo et al., 2020).

El estudio buscó no solo identificar qué habilidades socioemocionales son valoradas en estos contextos, sino también cómo se manifiestan estas habilidades en la vida cotidiana de los jóvenes. Además, el estudio propuso realizar una tipología de las familias de habilidades socioemocionales que surgían a partir del diálogo con las comunidades. A la vez que se observaba cómo diversos actores en las comunidades educativas valoran habilidades socioemocionales que dialogan entre sí, y como estas pueden ser contradictorias o representar exigencias diversas y diferentes sobre los estudiantes jóvenes y adolescentes. Este enfoque práctico y basado en ejemplos concretos con diversas voces permitió una comprensión más profunda de cómo se conciben y valoran estas habilidades en diferentes entornos y etapas de la vida de los adolescentes y jóvenes.

II. Respecto de la metodología del Estudio

La investigación empleó la “etnografía rápida” como parte de su apuesta metodológica. Esta aproximación se caracterizó por el empleo de entrevistas semiestructuradas, diseñadas para obtener información detallada y contextualizada sobre las habilidades socioemocionales en las diversas comunidades y de los diversos actores objetivos. Un aspecto innovador de la metodología fue el enfoque en ejemplos concretos en lugar de conceptos abstractos para ayudar a construir la definición compleja de habilidades socioemocionales para complementar el concepto mínimo propuesto para el estudio. En lugar de preguntar directamente sobre habilidades específicas, las y los investigadores solicitaron a los participantes que identificaran a personas de referencia que consideraban exitosas en su comunidad. A partir de estos ejemplos, se exploraron los comportamientos y características que contribuían a ese éxito percibido.

El estudio estableció a partir de la codificación abierta tres perfiles bien diferenciados en las respectivas entrevistas a partir del propio trabajo de identificación de los actores sociales presentes en las comunidades.

  1. Estudiantes de los últimos años de secundaria receptores del programa
  2. Jóvenes que terminaron la secundaria y continuaron estudiando
  3. Jóvenes que terminaron la secundaria y se incorporaron al mundo laboral

Esta diferenciación permitió explorar cómo varían las expectativas y percepciones de las habilidades socioemocionales según la etapa de vida y las circunstancias de los jóvenes, docentes y padres de familia. Se realizaron un total de 136 entrevistas en seis comunidades de las regiones de Cusco y Piura, incluyendo áreas rurales y centros poblados en contacto con estas zonas rurales. Para el análisis final se consideraron 133 entrevistas por considerarse saturadas. Las entrevistas se llevaron a cabo en español y, en el caso de Cusco, también en quechua.

III. Principales Hallazgos

El análisis de las entrevistas reveló una gran variedad de percepciones sobre las habilidades socioemocionales. Inicialmente, se identificaron 33 categorías de habilidades, de las cuales 25 fueron consideradas para el análisis final debido a su recurrencia y satisfactoria saturación en cuanto a los datos.

Entre las habilidades socioemocionales más frecuentemente mencionadas podemos encontrar:

  1. Dedicación: Definida como el trabajo continuo y constante en una dirección determinada, ya sea en el estudio o en el trabajo.
  2. Respeto: Entendido como la capacidad de conocer y seguir las normas sociales, incluyendo saludos y comportamientos apropiados en diferentes contextos.
  3. Responsabilidad: Entiéndase como la capacidad de cumplir con las tareas asignadas y llevarlas a cabo de manera efectiva.
  4. Comunicación: Similar a la comunicación asertiva, pero con un énfasis particular en la habilidad para hacer presentaciones efectivas.
  5. Ayuda a otros: Una habilidad que, aunque relacionada con la empatía, se debe entender más enfocada en acciones concretas de ayuda, y en la capacidad de actuar y desplegar estas ayudas concretas, que en la conexión emocional o en la capacidad de ponerse en los zapatos del otro.
  6. Orientación al futuro: La capacidad de proyectarse y planificar para el futuro.
  7. Enfoque en el estudio-trabajo: La habilidad de dedicar tiempo y esfuerzo concentrado a las actividades académicas o laborales.
  8. Participación activa: Descrita por los entrevistados como la iniciativa para involucrarse en actividades escolares o comunitarias.
  9. Sociabilidad: La capacidad de establecer relaciones sociales asertivas, positivas y sanas y ser percibido como una persona carismática con facilidad para tratar con los demás.

El análisis de estas habilidades permitió agruparlas en seis familias, y construir una tipología por perfil diferenciado en cuanto a las habilidades que se encontraron.

  1. Perseverancia: Familia que incluye dedicación, persistencia y la capacidad de superar adversidades.
  2. Comportamiento responsable: Abarca la responsabilidad, capacidad para el enfoque en el estudio o trabajo, organización y la participación activa.
  3. Habilidades sociales: Categoría que abarca el respeto, ayuda a otros, comunicación, liderazgo, sociabilidad y actitud positiva.
  4. Iniciativa: Comprende la búsqueda de nuevas oportunidades, toma de riesgos, curiosidad y creatividad.
  5. Conciencia de sí mismo: Categoría que incluye la orientación al futuro, autoconfianza y humildad.
  6. Autocontrol: Abarca el control de emociones y la obediencia.

Adicionalmente, el optimismo y la honestidad fueron identificadas como habilidades socioemocionales importantes para las y los entrevistados, aunque no se agruparon en ninguna de las familias principales. Estos hallazgos proporcionan una visión integral de cómo las comunidades perciben y valoran las habilidades socioemocionales en los jóvenes, ofreciendo una base sólida para el diseño de programas educativos y de desarrollo juvenil más efectivos y culturalmente relevantes.

IV. Respecto a la varianza de Habilidades por perfil

Otro hallazgo significativo del estudio fue la identificación de cómo las habilidades socioemocionales valoradas varían según el perfil del joven y responden a las estrategias, capacidades y competencias que emplean y necesitan en cada etapa de su desarrollo. Esta diferenciación es sumamente importante para entender las expectativas y necesidades específicas en diferentes momentos de la vida de los adolescentes y jóvenes y el cómo abordarlas desde espacios instituciones y de programas.

A partir de la tipología ofrecida por el estudio, para los estudiantes de secundaria, las habilidades más destacadas fueron:

  • Habilidades sociales: Las y los estudiantes secundarios enfatizan la importancia de la comunicación efectiva y la capacidad de conectar de manera significativa con sus pares. Se trata entonces la adolescencia de un momento particular donde es clave la capacidad de relacionarse con sus pares.
  • Actitud positiva: Las y los estudiantes secundarios expresaron valorar la disposición optimista hacia el aprendizaje y las actividades escolares.
  • Participación activa: Se destacó la importancia de involucrarse en actividades escolares y comunitarias como parte esencial del relacionamiento entre pares.
  • Obediencia: Habilidad mencionada como una cualidad importante en esta etapa que representa la adolescencia.

En el caso del perfil de los jóvenes que continuaron estudiando después de la secundaria, las habilidades más valoradas fueron en cambio:

  • Organización: Estos jóvenes consideran crucial la capacidad de gestionar eficientemente el tiempo y las responsabilidades académicas.
  • Orientación al futuro: En este perfil se valora la habilidad de establecer metas claras y trabajar hacia ellas.
  • Humildad: Este perfil demostró apreciarla capacidad de reconocer los propios orígenes y mantener una actitud modesta a pesar de los logros académicos.
  • Persistencia: Las y los jóvenes de este perfil destacaron la importancia de mantener el esfuerzo constante en los estudios superiores.

Para los jóvenes que se incorporaron al mundo laboral después de la secundaria, las habilidades más destacadas fueron otras, entre las que encontramos fundamentalmente:

  • Búsqueda de oportunidades: Se valoró la capacidad de identificar y aprovechar oportunidades laborales.
  • Actitud positiva: Se consideró importante mantener una disposición optimista frente a los desafíos laborales.
  • Superación de adversidades: Se enfatizó la resiliencia y la capacidad de sobreponerse a dificultades, especialmente en casos donde los planes originales de estudio no pudieron concretarse.

Esta diversidad y variación en las habilidades valoradas según el perfil refleja indudablemente las diferentes demandas y expectativas que enfrentan los jóvenes en distintas etapas de su desarrollo y en diferentes contextos (educativo o laboral). Como ya se ha señalado, el estudio reafirma la necesidad de entender estas diferencias es fundamental para diseñar intervenciones y programas educativos que respondan adecuadamente a las necesidades específicas de cada grupo.

V. Percepciones diferenciadas por los actores de cuáles son las HSE más deseados en los otros actores (adolescentes y estudiantes) y cuáles son más importantes

De manera similar a lo previamente revisado, el estudio reveló diferencias significativas en las percepciones de las habilidades socioemocionales más deseadas o que se asumen como importantes, según los diferentes actores involucrados en el desarrollo de los adolescentes y jóvenes.

En el caso de los docentes, quienes mencionaron el espectro más amplio de habilidades socioemocionales, las habilidades más valoradas fueron la autonomía de los estudiantes, sobre la que hicieron un enorme énfasis y que constituye una categoría que no fue identificada por otros grupos, así como las habilidades relacionales por su impacto en los procesos del aula. El caso de los padres de familia es interesante puesto que fueron los únicos que mencionaron frecuentemente la obediencia como una habilidad socioemocional importante, dilucidando para el estudio lo que estos actores esperan de sus hijas e hijos y cómo entienden las dinámicas y los roles adolescentes idóneos.

Además, sus percepciones reflejaron expectativas más tradicionales sobre el comportamiento de los adolescentes. Los comentarios de estos actores más bien familiares se centraron en habilidades prácticas y relevantes para su vida cotidiana en la escuela y en sus relaciones con pares. Es importante resaltar que los padres de familia no mencionaron la autonomía, contrastando sus expectativas con la perspectiva de los docentes, siendo entonces el autocontrol y la obediencia lo más esperado en adolescentes.

Estas diferencias en las percepciones nos reafirman en la importancia de considerar las perspectivas de los múltiples actores presentes en las comunidades educativas al diseñar programas de desarrollo de habilidades socioemocionales culturalmente adecuados y contextualizados. Los hallazgos del estudio sugieren que existe una brecha entre las expectativas de los adultos (docentes y padres de familia) y las percepciones de los jóvenes sobre qué habilidades son más importantes o deseables, incluso considerando las expectativas de los adultos a su alrededor. Las y los docentes tienen una visión más amplia y posiblemente más alineada con los conceptos académicos de las habilidades socioemocionales, demostrando también estar actualizados en cuanto a la importancia de estas características para una formación adecuada y un rendimiento satisfactorio. Mientras que, por otro lado, los padres tienden a enfocarse en habilidades más tradicionales como la obediencia y que reflejan las expectativas y deseos de respeto y subordinación tradicionales sobre sus hijos, pero también sus expectativas de que estos tengan un adecuado nivel de autocontrol. Los estudiantes en cambio, respondiendo a su edad y a la etapa de desarrollo en la que se encuentran, priorizan habilidades que perciben como directamente útiles en su contexto inmediato con sus pares, generando el problema de que estas pueden no alinearse completamente con las expectativas de los adultos.

A modo de respuesta a estos retos, es importante crear espacios de diálogo entre docentes, padres y estudiantes para alinear las expectativas de cada grupo y entender las diferentes perspectivas sobre qué habilidades son más importantes y por qué. Adicionalmente, los programas de desarrollo de HSE deben considerar estas diferentes perspectivas para crear un enfoque que resulte relevante para todos los actores involucrados, permitiendo la continuidad del diálogo. Para este diálogo resulta igual de importante adaptar los programas de habilidades socioemocionales a sus contextos culturales específico, considerando las expectativas de cada actor y sus diferencias y posiciones.

VI. Factores que Impactan el Desarrollo de Habilidades Socioemocionales

El estudio también identificó diversos factores que pueden ayudar o dificultar el desarrollo de habilidades socioemocionales en adolescentes y jóvenes. El detalle de estos factores es importante para diseñar intervenciones dirigidas, claras y efectivas que nos permitan crear entornos que fomenten el crecimiento socioemocional en los adolescentes y jóvenes.

Factores que Favorecen el Desarrollo de Habilidades Socioemocionales

Entre los factores que ayudan a nivel personal podemos encontrar la motivación y capacidades personales innatas o desarrolladas tempranamente por los educandos, así como la actitud favorable hacia el aprendizaje y el desarrollo personal. A nivel de familia el apoyo emocional y la educación en valores en el hogar es útil. También favorece el tener una red de apoyo familiar que provea de un ambiente estable y positivo, es sumamente útil para el desarrollo de las habilidades socioemocionales.

A nivel escolar la adecuada formación de los docentes en habilidades socioemocionales es importante para saber enseñar, tanto a partir del modelado y la repetición, así como gestionar correctamente las emociones de los estudiantes a su cargo. Los programas escolares que integran el desarrollo de habilidades socioemocionales permiten relacionar todas las áreas y cursos con un fomento general de la empatía o el autocontrol y otras habilidades necesarias para un adecuado desempeño académico. Finalmente, contextos educativos seguros y de respeto entre pares estudiantes y entre docentes y estudiantes, así como entre los propios docentes, es importante para favorecer el trabajo con habilidades socioemocionales en estudiantes.

A nivel del contexto social en el que se encuentran insertos los estudiantes tenemos que tomar en cuenta las influencias del entorno y el aprendizaje a partir de modelos de conducta, con ejemplos positivos en la comunidad o entorno social inmediato favoreciendo el desarrollo de habilidades que entendemos forman parte de las “habilidades socioemocionales”. Además, el entorno social puede favorecer el desarrollo de conductas y prácticas que favorecen el cultivo de estas habilidades, como actividades comunitarias con pares y mentores.

Factores que Dificultan el Desarrollo de Habilidades Socioemocionales

En cuanto a los hallazgos del estudio respecto de los factores que pueden dificultar el desarrollo de habilidades socioemocionales en adolescentes y jóvenes. A nivel personal, varios elementos pueden obstaculizar el desarrollo de dichas habilidades. La falta de autoconfianza juega un papel significativo, ya que puede llevar a los jóvenes a dudar de sus capacidades y evitar situaciones que requieran emplear estrategias emocionalmente complejas. Las experiencias previas negativas también pueden generar resistencia o miedo al cambio, limitando el crecimiento personal y profesional. Además, las dificultades para adaptarse a nuevos desafíos pueden frenar el desarrollo de estas habilidades esenciales en situaciones novedosas que requerirían el despliegue de estrategias emocionalmente complejas.

En el ámbito familiar, la falta de apoyo o comprensión sobre la importancia de las habilidades socioemocionales resulta cuanto menos un obstáculo. Cuando los padres o tutores no valoran o no entienden la relevancia de estas habilidades, es menos probable que las fomenten en el hogar. Además, la priorización de ciertas habilidades socioemocionales de un corte más tradicional y que usualmente se esperan de los jóvenes y adolescentes, como la obediencia o el autocontrol, debe saber balancearse con otras habilidades socioemocionales como la creatividad o la autonomía, de otra forma podría perjudicar el desarrollo adecuado y balanceado de estas habilidades en su conjunto. De igual manera, no se puede exigir el desarrollo de determinadas habilidades socioemocionales en las y los jóvenes y adolescentes si es que en el entorno familiar aprenden y modelan comportamientos contradictorios. Es así como un ambiente familiar inestable o conflictivo también puede dificultar el desarrollo emocional y social de los jóvenes.

En el contexto escolar, la formación inadecuada o insuficiente de los docentes en habilidades socioemocionales puede ser un factor limitante. Si los educadores no están bien preparados para enseñar y modelar estas habilidades, es difícil que puedan transmitirlas eficazmente a sus estudiantes. La sobrecarga curricular también representa un desafío, ya que deja poco espacio para el desarrollo de habilidades socioemocionales en el aula. Además, un ambiente escolar negativo o poco propicio para el desarrollo personal puede inhibir el crecimiento socioemocional de los estudiantes. Nuevamente se debe tener en cuenta el papel del desarrollo de habilidades socioemocionales a partir del modelado y el ejemplo, de tal manera que es más difícil que un cuerpo de estudiantes desarrolle dichas habilidades en docentes que no cuentan con estrategias de manejo y gestión emocional propio, autocontrol, etc.

A nivel del contexto social más amplio, las influencias negativas del entorno, como ejemplos negativos en la comunidad y el entorno social inmediato, pueden obstaculizar el desarrollo de habilidades socioemocionales positivas. La falta de oportunidades para aplicar y desarrollar estas habilidades en situaciones de la vida real también se convierte en un factor limitante, especialmente si ya se proviene de situaciones de déficit en materia de habilidades socioemocionales. Por último, la estigmatización o falta de valoración de ciertas habilidades en el contexto social, familiar, amical, etc., puede desalentar a los jóvenes a desarrollarlas de lleno.

El estudio resalta la importancia de considerar estos factores desde múltiples perspectivas. Se enfatiza la necesidad de un enfoque integral que aborde el desarrollo de habilidades socioemocionales no solo a nivel individual, sino también considerando el entorno familiar, escolar y comunitario y las distintas necesidades y valoraciones que realizan respecto de estas habilidades. También se destaca la importancia de personalizar las intervenciones, reconociendo que diferentes individuos pueden enfrentar distintos factores facilitadores o limitantes en cuanto a variables como género, edad, interculturalidad, etc. Además, se subraya la necesidad de crear entornos propicios que fomenten y valoren estas habilidades de manera “pasiva” y permanente, más allá del desarrollo directo y activo de las mismas en todos los espacios de la comunidad educativa.

La colaboración multisectorial se nos presenta entonces como un elemento clave, involucrando a diversos actores como la familia, la escuela y la comunidad en el proceso de desarrollo de habilidades socioemocionales, pero también a los actores externos de entidades de gestión educativa local, el Ministerio de Educación, organizaciones de la sociedad civil, entre otras. Finalmente, el estudio hace hincapié en la importancia de abordar las barreras estructurales que enfrentan las comunidades educativas para un adecuado desarrollo de estas habilidades, reconociendo y tratando factores sistémicos como la falta de recursos o las desigualdades sociales que actúan como limitante en el desarrollo de estas habilidades esenciales.

VII. Bibliografía

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Cabrerizo. P., D´Sa, N., Smith, W., Velásquez, A. (2020). Percepciones locales sobre habilidades socioemocionales de adolescentes y jóvenes en Perú. Reporte elaborado para el Global Center for the Development of the Whole Child de la Universidad de Notre Dame en alianza con Unesco Perú.

De Fruyt, F., Wille, B., & John, O. P. (2015). Employability in the 21st century: Complex (interactive) problem solving and other essential skills. Industrial and Organizational Psychology, 8(2), 276-281. Recuperado de https://psycnet.apa.org/record/2016-05262-020#:~:text=https%3A//doi.org/10.1017/iop.2015.33

Elias, M. J., & Hatzichristou, C. (2016). SEL Training, Intervention and Research Worldwide. International Journal of Emotional Education, 8(2), 1.

Kennedy, F., Pearson, D., Brett-Taylor, L., & Talreja, V. (2014). The Life Skills Assessment Scale: Measuring Life Skills of Disadvantaged Children in the Developing World. Social Behavior and Personality: An International Journal, 42(2), 197–209. doi:10.2224/sbp.2014.42.2.197

Kim, H., & Ross, K. M. (2019). How do social and emotional skills develop in youth?.

Ríos, A., Quenaya, C., & Estefania, M. T. (2022). Habilidades socioemocionales para proyectos de vida de adolescentes de escuelas rurales la experiencia del Programa Horizontes.Recuperado de https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000382565.locale=es

YouthPower Learning (2017). Measuring youth competencies across contexts: lessons from implementers on how to adapt soft skills measurement tools. Youthpower cross-sectoral skills for youth (CSSY) Community of practice technical brief.

Pueden descargarlo aquí: Artículo de Percepciones Locales sobre Habilidades Socioemocionales de Adolescentes y Jóvenes

Para acceder al estudio completo y profundizar en sus metodologías, hallazgos detallados y conclusiones, haz clic aquí: https://obepe.org/percepciones-locales-sobre-habilidades-socioemocionales-de-adolescentes-y-jovenes-en-peru/

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