En este contexto mundial de pandemia por COVID-19, las problemáticas críticas de siempre ⎯lamentablemente normalizadas⎯ cobran más importancia. Una de estas es la crisis alimentaria. Actualmente, hay diferentes iniciativas participativas desde la ciudadanía como las ollas comunes, los comedores populares, entre otros, y, desde el Estado, los programas asistenciales de alimentos.

La crisis alimentaria estuvo presente antes de la pandemia, y ahora se agrava para el 20.2%, que vive en situación de pobreza monetaria. Esto refiere a las 7 millones 253 mil personas ⎯cifra que ha aumentado en casi 750 mil personas desde el año 2019⎯ en situación de pobreza. Asimismo, 7 millones 671 mil peruanos se encuentran en situación de pobreza extrema. Estos datos han sido extraídos del Padrón General de Hogares del MIDIS actualizado al 11 de febrero.

Más de 7 millones de ciudadanos y ciudadanas viven en condiciones precarias sin alimentos o con una alimentación que no cubre las condiciones mínimas de una dieta saludable. Esto sin contar las poblaciones inmigrantes que ha acogido nuestro país, pero que se encuentran en las mismas o peores condiciones.

La alimentación escolar, la DCI y la anemia

En este artículo, queremos compartir un estudio sobre este vital tema: la alimentación escolar. Y, en particular, el impacto en la anemia y la desnutrición crónica en niños y niñas de 3 a 5 años. Este estudio se ha presentado este 2021 por Pedro Francke y Gustavo Acosta. En donde, se aborda la alimentación escolar como la mínima dieta saludable en cuanto a la proporción de micronutrientes para el desarrollo humano. Este tema vincula al artículo abordado por Joel Troncos en el marco de la seguridad alimentaria.

Esto sin tener en cuenta la soberanía alimentaria. La cual es una deuda pendiente sobre todo en nuestro país. País que alberga más de 55 pueblos indígenas, cada uno con distinta forma de entender el mundo, de sentipensar, comer y vivir. Comer que no sólo se asocia al gusto de un determinado grupo social. La comida en pueblos andinos y amazónicos se vincula a una concepción más profunda vinculada con su sentir y su concepción de la vida en armonía con la naturaleza.

La alimentación escolar es un tema clave a nivel de políticas. Por lo cual, en el Plan Nacional para la Reducción de la Desnutrición crónica Infantil y la Prevención de la Anemia en el País: 2017-2021 del Ministerio de Salud, la reducción de la anemia y la desnutrición crónica infantil son prioridades para el país.

Pedro Francke y Gustavo Acosta introducen este tema, tomando en cuenta que la meta esperada en este año (2021) es de 19% en anemia y 6.4% en desnutrición crónica infantil (DCI). Sin embargo, muestra que el avance nacional contra estas ha sido bajo. Los investigadores señalan: “la anemia, en el 2014, esta ha disminuido de 46,8% a 43,5% en el 2018, ritmo mediante el cual alcanzar el objetivo de 19% no se lograría en el 2021, sino en el 2048”. Mientras que la DCI se reduce con mayor lentitud. Hasta el 2018, sólo se pudo disminuir 2.4% con respecto al 2014 (INEI:2019).

Secuelas de la desnutrición crónica infantil y la anemia en niños y niñas del Perú

A la fecha, se ha documentado bastante sobre las limitaciones en el desarrollo físico y cognitivo de las niñas y los niños que generan las deficiencias de micronutrientes. Algunas de las secuelas más relevantes son los efectos desfavorables en el proceso de aprendizaje y el rendimiento escolar según Robert E. Black et all. Asimismo, la capacidad de respuesta a diferentes enfermedades se ve minimizada. Esto incrementa la probabilidad de morbilidad y mortalidad en la primera infancia. Además, un mal estado nutricional en los primeros años de vida de la persona afecta a lo largo de toda su vida. Ya que incrementa notablemente el riesgo de padecer enfermedades crónicas como sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc. como señala Cesar G. Victora et all     .

Asimismo, está asociado a menores logros educativos que se traducen en menores logros en el ámbito laboral. Por lo tanto, genera que la movilidad socioeconómica sea limitada y las personas en condición de pobreza persistan en esta condición. Es importante señalar que el grueso de la población infantil que tiene esta condición de escasez de micronutrientes. Esto se debe ello a condiciones socioeconómicas como pobreza, limitado acceso a servicios de salud, desigualdad de oportunidades, exclusión y discriminación (Silvia Reyes y otras).

El indicador sobre la mejora del estado nutricional infantil formó parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Actualmente, también forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ODS que muestra la necesidad de fortalecer las acciones de las naciones en contra de la crisis alimentaria. La ONU señala: “hoy en día se producen alimentos más que suficientes para alimentar a todos. Sin embargo, casi 690 millones de personas [en el mundo] siguen padeciendo subalimentación crónica” (ONU, 2020).

Estudio sobre el impacto del programa Qali Warma en niñas y niños

El estudio Impacto del programa de alimentación escolar Qali Warma sobre la anemia y la desnutrición crónica infantil fue desarrollado con una metodología deductiva. Esta aplica métodos cuantitativos de tipo econométrico en dos etapas. La primera, con técnicas de entropy balancing machine learning (aprendizaje automático de equilibrio de entropía), que permite generar un grupo control. Y, una segunda etapa, donde se realizaron regresiones para estimar los efectos según algunas variables seleccionadas.

Frente a esta situación, en el estudio, se busca evaluar si Qali Warma (QW) está contribuyendo con las metas, vinculadas a contrarrestar la crisis alimentaria escolar. QW llega al 38.4% de niños y niñas de 3 a 5 años. Este programa cuenta con 300 millones de soles por año. Los objetivos de este proyecto son mejorar la asistencia y la atención en clase, y promover mejores hábitos alimenticios.

En este sentido, los investigadores mencionan, citando a Buttenheim et al.  (2011), que el éxito de los programas de alimentación escolar puede lograr tres objetivos: elevar la matrícula y asistencia, mejorar los rendimientos de aprendizaje e incrementar el estatus nutricional, por lo que habría una correlación. Además, en la Estrategia Nacional de Desarrollo e Inclusión Social “Incluir para Crecer” del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social [Midis] (2013), se establece como meta la reducción de la desnutrición crónica. Aunque no se considera a la anemia, pese a sus mencionados efectos.

La pregunta de investigación es la siguiente: ¿tiene impacto en la reducción de la anemia y la desnutrición crónica infantil el programa de alimentación escolar Qali Warma, y cuáles son los factores que contribuyen o reducen ese impacto? ⎯Se analiza el impacto en niñas y niños, y de 3 a 5 años, ya que QW no llega a niños menores de esa edad⎯.

Programa Qali Warma

 Como sabemos, el programa Qali Warma es un programa social del Midis que brinda el servicio alimentario a niñas y niños durante el año escolar a través de las instituciones educativas públicas de nivel inicial y primaria en todas las regiones del país, y del nivel secundario a pueblos indígenas de la Amazonía. Asimismo, funciona a través de una “cogestión” que se divide en 3 fases: planificación del menú, proceso de compra y gestión del servicio. Y comprende dos modalidades de atención: entrega de raciones y entrega de productos. Durante febrero del año 2021 ha atendido a 4.199.532 niños y niñas en 64.490 instituciones educativas.

Conclusiones del estudio

Los investigadores Pedro Francke y Gustavo Acosta señalan que, a partir de la evidencia de 4 años (datos de la encuesta ENDES del 2014 al 2017), no se puede determinar que este programa tenga efectos sobre la anemia ni la desnutrición crónica infantil (DCI), en el marco de crisis alimentaria. Asimismo, que la cantidad de meses que la niña o el niño recibe el programa contribuya a reducir la anemia ni la DCI.

Francke y Acosta acotan que una posible causa sería la sustitución de alimentos entre la escuela y el hogar. Es decir, que la comida de la escuela se usa como sustituto de la dieta habitual del niño/a, citando a Lavado y Barrón (2019). Los investigadores añaden que es posible que niños y niñas, previamente beneficiados con otros programas, sí estén logrando mejoras con Qali Warma, en contra de la crisis alimentaria. Pero que, para asegurar esto, es necesario realizar posteriores investigaciones.

Para finalizar, los autores del estudio recomiendan revisar el programa, ya que su objetivo es contrarrestar la desnutrición crónica infantil y la anemia. Así como por las implicancias para la vida de niños y niñas que hemos detallado en este artículo. Y esto no se puede evidenciar empíricamente. Adicionalmente, señalan citando a Lavado y Barrón (2019), que el consumo efectivo de Qali Warma solo contribuye con el 16.7% del aporte establecido de hierro, y que el 93% de usuarios obtiene un aporte de hierro menor al esperado. Esto se relacionaría con “la operatividad e implementación del programa, formas de entrega, la continuidad de los programas a lo largo del año, el relacionamiento con las familias, y las respuestas de consumo de los niños y las niñas hacia los alimentos del programa” (Francke y Acosta, 2021).

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Gestora y docente en programas de formación, con enfoques intercultural y de género, en educación rural, formación docente inicial y en servicio, Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y Educación Intercultural (EI).


Rosario Cosar

Gestora y docente en programas de formación, con enfoques intercultural y de género, en educación rural, formación docente inicial y en servicio, Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y Educación Intercultural (EI).

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