Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y 40 % de la población mundial, unas 3000 millones de personas no tienen acceso a una dieta saludable.
El Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina y el Caribe 2020, informe realizado por las agencias de Naciones Unidas FAO, FIDA, OPS/OMS, UNICEF y WFP, señala que unos de los peores indicadores de seguridad alimentaria es el retraso en el crecimiento y el sobrepeso. Uno de los territorios en los que se concentra el retraso en el crecimiento es el interior del Perú. Así mismo, en la costa y el sur de Perú se presenta un nivel alto de sobrepeso infantil. Aun así, según este informe, Perú se encuentra entre uno de los países que ha presentado más avances en la región. Junto a países como Bolivia, El Salvador, México y Paraguay.
A pesar de ello, detectar retraso en crecimiento por carencias alimentarias y obesidad en un mismo territorio son indicadores de pobreza . De acuerdo a este informe, menores ingresos no solo implica menos recursos para alimentarse sino poco acceso a una dieta saludable. Lo cúal también significa mayor acceso a alimentos de bajo nivel nutritivo y calidad. Este fenómeno suele afectar a población tanto de altos, medios como medio-bajos recursos; principalmente en zonas urbanas. Mientras que la desnutrición se suele concentrarse en áreas rurales.
Perú y la desnutrición infantil
Este es el año del Bicentenario de la independencia del Perú. Hace diez años Perú se fijó la meta de reducir la desnutrición crónica infantil a un 6% para el 2021. No se logró, pero igual se ha reducido a un notable 12% la desnutrición en niños y niñas menores de cinco años.
Es una cifra importante ya que hace 21 años, el 33% de los niños y niñas sufrían de desnutrición crónica.
Como podemos observar en la siguiente tabla la tasa de desnutrición crónica de niños y niñas menores de cinco años ha ido disminuyendo paulatinamente en los últimos años. Es este avance constante lo que nos coloca como un caso de éxito en reducción de desnutrición crónica infantil en la región de América Latina y el Caribe en el Estado Mundial de la Infancia (EMI) 2019. El cual es un informe de los indicadores de desarrollo de la niñez y adolescencia a nivel mundial.
Los avances son alentadores a nivel nacional pero al analizar con cuidado el territorio peruano nos encontramos con grandes brechas entre las regiones.
En la siguiente tabla se puede observar con claridad estas diferencias. La desnutrición crónica en niños y niñas menores de cinco años es alarmante en regiones como Huancavelica, en donde llega a un 30,7%. En la región de Cajamarca es del 25,6% y en Loreto del 23, 7%. Mientras en las regiones de Tacna y Moquegua encontramos los porcentajes de desnutrición infantil más bajos, 2,4% y 2.5% respectivamente.
Grandes problemas nutricionales
Otra de las grandes preocupaciones nutricionales que afectan a niños y niñas es la anemia. En el 2018, esta afectaba a 43 de cada 100 infantes menores de tres años. Los avances en la lucha contra la anemia no son tan alentadores. Del 2007 al 2018 esta se ha reducido en Puno del 76% al 68% mientras que en Ucayali la anemia ha aumentado de un 50% a un 56%.
Como indica Judith Guabloche, en Anemia infantil en el Perú: análisis de la situación y políticas públicas para su redacción la anemia produce deficiencia de los glóbulos rojos en la sangre. Esto no permite que una cantidad adecuada de oxígeno pueda llegar a los tejidos y órganos del cuerpo humano. Se acarrea grandes consecuencias en la salud, principalmente en niños y niñas. Esto afecta su desarrollo cognitivo y por ende su rendimiento escolar. Así mismo a largo plazo en su vida adulta su capacidad productiva se verá disminuida. En el siguiente cuadro del mismo artículo podemos distinguir que desde hace diez años las cifras porcentuales de anemia en infantes menores de tres años no ha disminuido considerablemente especialmente en las zonas rurales.
Tanto la desnutrición crónica como la anemia acarrean consecuencias graves a largo plazo que afectan el desarrollo físico y mental de los niños y niñas. Como señala Enrique Román, representante en Lima de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), el 59% de los niños y niñas a los seis meses de edad tienen anemia en Perú. Esto no ha cambiado y urge pensar en políticas preventivas que ayuden a las madres gestantes.
A través de la Resolución Ministerial N° 967-2020-MINSA se aprobó el documento técnico, Guías Alimentarias para niñas y niños menores de 2 años de edad, para promover una buena nutrición desde las primeras etapas de la vida. Se señala la importancia de la lactancia materna y la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad.
El hierro que contiene la leche materna tiene un 50% de biodisponibilidad, es decir se absorbe con rapidez. Por lo que los niños y niñas que reciben una alimentación a base de lactancia materna presentan menos riesgo de presentar anemia. Un alimento que previene infecciones respiratorias y refuerza el sistema inmunológico.
Erradicar la desnutrición crónica y la anemia infantil son objetivos primordiales. Buscando siempre lograr un desarrollo integral en niños y niñas.
Hambre Cero
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número dos es el Hambre Cero. El hambre extremo, la desnutrición son impedimentos al desarrollo. Una mala nutrición en la infancia genera problemas en la salud física y mental a largo plazo. Las personas son más propensas a enfermedades que les impiden desarrollar y lograr mejorar su calidad de vida. Si no se permite un desarrollo integral del ser humano desde temprana edad no se podrán lograr otros objetivos de desarrollo sostenible como la educación o la salud.
Hoy es el día mundial de la alimentación y como fecha conmemorativa debemos reflexionar la importancia de una adecuada alimentación para el desarrollo integral de una persona. Así mismo el valor de políticas que promuevan la erradicación de la desnutrición y la anemia así como de otros problemas en seguridad alimentaria.
Gestora y docente en programas de formación, con enfoques intercultural y de género, en educación rural, formación docente inicial y en servicio, Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y Educación Intercultural (EI).
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