La movilización por el “Buen Reinicio del Año Escolar” adquiere una gran importancia para la renovación de la escuela pública y la construcción de una mayor equidad educativa. La crisis generada por la pandemia y el año transcurrido, no sólo han visibilizado agudamente importantes fracturas y exclusiones en el funcionamiento del sistema educativo, sino que la misma experiencia social de la pandemia, ha mostrado extraordinarias exigencias de aprendizaje vinculadas al desarrollo del conocimiento, la ciencia, la convivencia colectiva y la construcción de ciudadanía.

Importancia de la escuela pública, presencialidad y equidad  

En el contexto de la pandemia el Estado apostó por la continuidad educativa con la atención escolar masiva en la casa, en forma virtual, lo que fue indispensable para evitar la simple y llana interrupción de la educación que la sociedad ha naturalizado como parte de su funcionamiento habitual.

No obstante, la ampliación de desigualdades, con el cierre prolongado de escuelas e institutos superiores, fue tempranamente alertada por UNESCO. La pérdida de la escolaridad regular deja a cada estudiante con los recursos y bagaje educativo de su familia, los que son diferentes según las condiciones económicas y culturales de las familias. Estas desigualdades pueden ser, en muchos aspectos, más   pronunciadas que las grandes desigualdades escolares.

La revaloración de la educación presencial y las desigualdades

Una de las reacciones al cierre prolongado de escuelas ha sido la amplia revaloración, a nivel internacional, de la institución escolar. A su vez, esa nueva demanda, no olvida críticas a las fallas estructurales de la escuela, que se han expresado en su debilitamiento frente a otros espacios que educan, como la TV, con una mayor agudización en este siglo, a partir del amplio desarrollo de la internet.

El ministro de Educación Ricardo Cuenca ha sido enfático en lo “imperioso”[1] que es regresar gradualmente y de modo seguro a las clases, señalando que este regreso es “un compromiso por la equidad y la lucha frontal contra las desigualdades:” Asimismo señaló que no se puede hablar de calidad educativa con desigualdades y si los estudiantes no tienen las mismas oportunidades. 

El fortalecimiento de la educación pública y la equidad educativa.

Uno de los compromisos políticos del anterior ministro Benavides fue el de la revalorización de la educación pública, dando importantes pasos en esa dirección, en el contexto de la pandemia, a partir del desarrollo del programa “Aprendo en Casa”. El ministro Benavides[2] señala:

“Lo que sí se ha generado en estos días es una importante movilización por la educación pública: hemos recuperado confianza en lo público, en la capacidad que tenemos los peruanos de afrontar un reto y tener una solución que esté orientada a la mayor parte de los ciudadanos.”

Asimismo, Benavides plantea una educación, no ajena a los problemas cruciales de la sociedad.  

 “Para nosotros esta es una oportunidad porque nuestro sistema educativo no siempre ha estado alineado al contexto del país. Ha sido difícil para las personas involucradas que se puedan generar aprendizajes sobre lo que ocurre alrededor. Había una separación entre la escuela y lo que pasaba fuera. Estamos aprendiendo permanentemente sobre una realidad que ha venido de golpe”.

Vemos así que recuperar la escuela pública, democratizándola, es un proyecto aún pendiente para avanzar en equidad en el conjunto del sistema escolarizado.[3] Lo es para que la escuela, con su autonomía relativa, sea un espacio público de vínculo social de diferentes peruanos y de dialogo de saberes.

La escuela pública renovada a cargo del Estado sigue siendo la mayor posibilidad para cambiar la lógica de segregación educativa y social existente. Así lo reconoce el PEN al 2036 señalando que la educación Estatal gratuita es el “mecanismo principal” para enfrenar la segregación y permitir que sea espacio de encuentro entre diferentes peruanos.[4] Una de las mayores evidencias de esta función de la educación pública es que es la única que atiende a las personas en el área rural, así como a las escuelas de Educación Intercultural Bilingüe.

Un reinicio del año escolar que impulse la renovación de la escuela pública

 ¿Por qué los vínculos sociales en la escuela son indispensables?

Es clásico en la pedagogía que el aprendizaje se realiza tanto en las instituciones escolares y superiores y a la vez en diferentes ámbitos sociales. Como señaló la Reforma educativa del 70, “En verdad toda la sociedad es escuela.” La socialización en la familia, entre pares, en espacios públicos, en el trabajo o en medios de comunicación, es sustantiva en la formación de las personas y comunidades e inciden en la escuela, como la escuela lo hace sobre ellas. Es decir, estos ámbitos educativos interactúan.  La experiencia de relaciones sociales en la escuela se alimenta de la socialización externa a ella, para incidir con sus contribuciones en la formación de identidades y ciudadanía.

En esta convicción, la Ley General de Educación define la escuela como una comunidad de aprendizaje, pues en ella todos intercambian experiencias y saberes. De igual manera, nuestra actual escuela pública, obligatoria y masificada, aún en su segregación, es un cruce de culturas, conocimientos y aprendizajes previos que se originan en ambientes diferentes, recibiéndose diferentes influencias formativas.

Siendo esto así, la presencialidad en la escuela cobra una importancia decisiva para la experiencia de intercambio y diálogo de saberes entre diferentes y de desigual inclusión social, para la construcción de equidad en una perspectiva ciudadana. A su vez, esta perspectiva requiere el fortalecimiento de una pedagogía que, partiendo de esas diferencias, recoja las experiencias y conocimientos previos que se dan en los diversos espacios educativos que vive el estudiante y los elabore críticamente. La escuela debe articular esos aprendizajes extraescolares.[5]

En este nuevo reingreso a la vida escolar, desde esta perspectiva, se plantean dos exigencias claves: i) La combinación progresiva de virtualidad y presencialidad donde se logren condiciones y ii) En el desarrollo de los aprendizajes, recuperar las experiencias y conocimientos  “previos”[6]  de los estudiantes, fundamentales en este intenso período de pandemia, con  énfasis en la vida saludable, la convivencia en confinamiento, la responsabilidad con la vida de los demás, el acceso a información y los avances científicos ampliamente divulgados. Asimismo, las controversias y dilemas que, en el contexto de crisis sistémica que vivimos, se procesan tanto en espacios privados, como en el marco de los medios de comunicación masivos, en las redes y en las búsquedas de internet.

Para avanzar en estas exigencias es indispensable un Buen Reinicio del Año Escolar, acompañado de la renovación escolar en un horizonte de construcción de equidad, generando mayores condiciones de presencialidad y fortaleciendo una pedagogía de articulación de espacios educativos y diálogo de saberes. La escuela que queremos recuperar, para seguir transformándola, con más razón el año 2021, aspira a ser un espacio social con autonomía para formular su proyecto pedagógico institucional intercultural, saliendo de la monoculturalidad, uno de los rasgos de la colonialidad. Es decir, una autonomía escolar para favorecer actores con identidades propias, con espacios escolares dignos, con tiempo pausado para las vivencias, el dialogo de saberes y el goce estético, sin excluir el dominio de cultura digital, la educación corporal y los deportes.


[1]“Minedu: Es imperioso el retorno gradual a las clases presenciales. Entrevista a Ricardo Cuenca. La Republica 27-02-2021. Redacción Sociedad.

[2] Véase, Martín Benavides. “Aprendo en casa” ha generado una movilización nacional por la educación pública. Oficina de Prensa. 14 de abril de 2020También Martín Benavides. “Educar también es dar autonomía y seguridad” Entrevista en Somos, 18 de abril de 2020.

[3] Manuel Iguiñiz. La educación pública y el proyecto Educativo Nacional al 2036.   Tarea N° 101.  febrero 2021.

[4] Véase, el PEN al 2036 sobre “educación estatal gratuita” y la segregación educativa. Páginas 23,27,126,146.

[5]Es oportuno, pues, que Martín Vegas, recuerde, en pandemia dos ideas importantes: 1. Que el proceso educativo   es más que lo escolar, “ocurre en tres espacios: la escuela, el mundo digital y de la televisión, la familia y la comunidad.” 2. Ante ello, toca   efectivizar el rol de la escuela respecto del aprendizaje en diversos espacios. Vegas lo retoma al revalorar el rol de la escuela presencial.  “Con ello cobra vigencia el rol de producción de saber en la escuela donde se articulan los aprendizajes de los otros dos espacios…” Tarea Informa N° 220. 26-12-2020.Lima

[6]Encinas J. muestra la alta valoración pedagógica de las experiencias y conocimientos de los docentes y todos los alumnos.  “Una lección (…) es el resultado de la colaboración del maestro y de los estudiantes quienes entran en juego mental constante, llevando cada uno el aporte de sus experiencias y conocimientos. La primea etapa de una lección esta, precisamente, en que el maestro, valiéndose de una hábil dirección obtenga de sus alumnos el material requerido para la arquitectura de la enseñanza. No hay un solo alumno incapaz de colaborar en ese aporte” La educación de nuestros niños.1938, p.65-66

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Magíster en Sociología en la Universidad París VIII, Vincennes, Francia y licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha desempeñado diferentes cargos en el Ministerio de Educación: Viceministro de Gestión Institucional, Director Nacional de Educación de Adultos, y asesor de la Alta Dirección. Fue presidente de la Asociación Nacional de Centros, ANC. Vicepresidente del Consejo de Educación de Adultos de América Latina, Presidente de Foro Educativo. Director de la Asociación de Publicaciones Educativas TAREA, Miembro de la Secretaria Técnica de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales. Gerente Regional del Programa de Gobierno Regional de Lima. Actualmente es asociado de Foro Educativo, de Tarea y docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). Actualmente es asociado de TAREA y de Foro Educativo. Ha publicado diversos textos relacionados con políticas educativas.


Manuel Iguiñiz

Magíster en Sociología en la Universidad París VIII, Vincennes, Francia y licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha desempeñado diferentes cargos en el Ministerio de Educación: Viceministro de Gestión Institucional, Director Nacional de Educación de Adultos, y asesor de la Alta Dirección. Fue presidente de la Asociación Nacional de Centros, ANC. Vicepresidente del Consejo de Educación de Adultos de América Latina, Presidente de Foro Educativo. Director de la Asociación de Publicaciones Educativas TAREA, Miembro de la Secretaria Técnica de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales. Gerente Regional del Programa de Gobierno Regional de Lima. Actualmente es asociado de Foro Educativo, de Tarea y docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). Actualmente es asociado de TAREA y de Foro Educativo. Ha publicado diversos textos relacionados con políticas educativas.

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