El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) 2024/5, publicado recientemente por la UNESCO bajo el título «Liderazgo en la educación: Liderar para aprender», pone de relieve la trascendental influencia que ejercen los líderes educativos en la transformación y mejora de los sistemas educativos a nivel global. Este informe enfatiza que los líderes en el ámbito de la educación no son meros gestores administrativos, sino agentes de cambio capaces de marcar el rumbo de sus instituciones y equipos hacia metas más elevadas. 

En un contexto global donde los desafíos educativos continúan siendo desalentadores, el informe GEM 2024/5 resalta la necesidad imperiosa de identificar, preparar y apoyar a individuos con las habilidades y la visión necesarias para liderar cambios significativos. Este enfoque es especialmente relevante para países como Perú, donde el fortalecimiento del liderazgo educativo puede ser clave para abordar las brechas y retos actuales en el sector. 

A continuación, exploraremos los puntos clave del informe, así como las recomendaciones propuestas por la UNESCO para potenciar el liderazgo en la educación. Analizaremos cómo estos hallazgos pueden aplicarse en el contexto peruano y qué acciones podrían emprenderse para mejorar la calidad y equidad educativas en nuestro país. 

Puntos Clave del Informe GEM 2024/5 

El informe GEM 2024/5 destaca varios hallazgos fundamentales que subrayan la importancia del liderazgo en la educación: 

En primer lugar, establece que los líderes educativos son mucho más que simples gestores; son verdaderos agentes de cambio. Los responsables políticos enfrentan el desafío de garantizar que las personas con las capacidades y la visión adecuadas sean identificadas, seleccionadas, preparadas y apoyadas para convertirse en líderes efectivos. Esto implica desarrollar planes nacionales que fomenten cuatro dimensiones esenciales del liderazgo: establecer expectativas claras, centrarse en el aprendizaje, promover la colaboración y capacitar a las personas. Sin embargo, una revisión global de los programas y cursos de preparación y formación de directores escolares revela que apenas la mitad de ellos se centran en alguna de estas dimensiones, y solo una quinta parte abarca las cuatro. En este contexto, el desarrollo de estas dimensiones se ve obstaculizado por las características propias del sistema educativo actual, por un lado, la excesiva carga burocrática y la tendencia a dirigir centralmente toda acción escolar limitan severamente la autonomía necesaria para un liderazgo efectivo. A esto se suma que los espacios para el desarrollo colectivo del docente son prácticamente inexistentes en un sistema donde el profesorado es considerado principalmente como un trabajador por horas, dejando muy pocos momentos comunes de trabajo colegiado sin estudiantes donde la colaboración pueda materializarse. 

Además, el informe resalta que las buenas escuelas necesitan buenos directores. Los líderes escolares eficaces tienen un impacto significativo en el rendimiento académico del alumnado y en las prácticas docentes. Por ejemplo, en Estados Unidos, se estima que las contribuciones en materia de liderazgo de los directores y del profesorado pueden explicar hasta un 27% de la variación en los resultados de los estudiantes. Asimismo, un estudio en 32 países encontró que un liderazgo fuerte está relacionado con mejoras en las prácticas docentes. Sin embargo, existe una preocupación creciente ya que en algunos países ha disminuido la proporción de directores que supervisan y apoyan activamente al profesorado. Como señala el profesor Rafael Egusquiza, especialista en políticas educativas, este fenómeno está estrechamente vinculado con la sobrecarga de trabajo administrativo que enfrentan los directores ante la ausencia de personal administrativo. Particularmente en el caso peruano, mientras se evidencia un crecimiento en la plana docente, no se han generado las plazas administrativas necesarias que ayuden en la gestión escolar, limitando así el tiempo que los directores pueden dedicar a la supervisión de la tarea docente. 

El informe también señala que un liderazgo eficaz exige prácticas de contratación justas, confianza y oportunidades de crecimiento. Es fundamental que los procesos de selección de directores escolares sean abiertos y competitivos para atraer y retener el talento. Lamentablemente, a nivel mundial, solo el 63% de los países cuentan con procesos de contratación transparentes en la educación primaria y secundaria. Además, aunque la mayoría de los países exigen que los directores sean profesores plenamente cualificados, solo tres de cada diez requieren experiencia en gestión, lo que puede limitar la eficacia en el desempeño de sus funciones. 

Otro aspecto crítico es que se espera que los líderes escolares hagan demasiado con muy poco. A menudo, las exigencias administrativas y operativas consumen gran parte de su tiempo, dejándoles escaso margen para ejercer un liderazgo pedagógico y establecer una visión estratégica para sus escuelas. Una encuesta en 14 países de renta media reveló que el 68% del tiempo de los directores se dedica a tareas rutinarias de gestión, lo que limita su capacidad para influir en la calidad educativa. 

El informe aboga por un cambio de paradigma donde el liderazgo no sea una función individual y heroica, sino una práctica compartida. Compartir el liderazgo dentro de las escuelas crea entornos de aprendizaje colaborativos y fortalece la comunidad educativa. Sin embargo, esta dimensión de colaboración es la que menos se enfatiza en los programas de formación de líderes, y a menudo el liderazgo escolar sigue siendo jerárquico. 

Asimismo, se destaca que los líderes del sistema educativo, como los funcionarios de educación a nivel central y local, no reciben suficiente atención en los planes de liderazgo. Estos actores tienen el potencial de impulsar mejoras sistémicas y armonizar las reformas y políticas educativas, pero requieren mayor autonomía y formación específica para ejercer su influencia de manera efectiva. 

El informe también aborda el papel de los ministros de Educación, quienes trabajan en entornos políticos complejos y enfrentan el desafío de mandatos breves. La alta rotación en estos cargos dificulta la continuidad de las políticas y reformas educativas, y a menudo estos líderes carecen de experiencia docente, lo que puede limitar su comprensión de las necesidades del sistema educativo. 

Por otro lado, se señala que un mayor número de mujeres en posiciones de liderazgo puede tener resultados positivos en la educación. Las líderes políticas han demostrado dar más prioridad a la educación que sus homólogos masculinos, contribuyendo a incrementar el gasto en este sector. Sin embargo, persiste una brecha de género significativa en los puestos de liderazgo educativo, tanto a nivel escolar como ministerial. 

Finalmente, el informe reconoce que muchos actores, incluyendo sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, investigadores y medios de comunicación, ejercen liderazgo al influir en la dirección de los sistemas educativos. Su participación es crucial para exigir rendición de cuentas, presionar por cambios y sensibilizar sobre temas educativos. 

Recomendaciones del Informe GEM 2024/5

A partir de los hallazgos presentados, el informe propone cuatro recomendaciones clave para fortalecer el liderazgo en la educación:

1. Promover la confianza y el empoderamiento de los líderes educativos

Es fundamental crear las condiciones propicias para que los directores de escuela puedan mejorar la educación. Esto implica otorgarles suficiente autonomía para tomar decisiones sobre la gestión de recursos financieros y humanos, así como sobre aspectos relacionados con la enseñanza y el aprendizaje. Los sistemas educativos deben definir claramente el alcance de la autoridad de los líderes escolares y asignar los recursos adecuados de manera oportuna y equitativa. Además, es esencial desarrollar la capacidad de los líderes para utilizar estos recursos eficazmente y fortalecer los mecanismos de supervisión y rendición de cuentas. En ese sentido, la autonomía docente pasa por un proceso de empoderamiento que requiere obligatoriamente de la estabilidad en las responsabilidades de gestión y liderazgo educativo.

2. Seleccionar, desarrollar y reconocer a los líderes educativos

Invertir en la profesionalización de los directores de escuela es crucial. Los procesos de contratación deben ser inclusivos y transparentes, permitiendo identificar a individuos con talento y potencial de liderazgo, independientemente de su origen o género. Es importante ampliar los criterios de selección para considerar tanto la experiencia docente como las habilidades de gestión y liderazgo.

La preparación y formación de los directores deben enfocarse en las cuatro dimensiones esenciales de su función: establecer expectativas claras, centrarse en el aprendizaje, promover la colaboración y desarrollar capacidades en su equipo. Los programas de formación deben incluir aprendizaje práctico y contar con el apoyo de mentores y entrenadores. Además, se deben establecer normas profesionales que definan las competencias requeridas y proporcionar evaluaciones formativas que permitan reconocer y mejorar el desempeño de los líderes escolares. En esta línea, el investigador educativo Rafael Egusquiza destaca la necesidad de que los sistemas educativos, preferentemente a nivel regional, implementen estrategias sistemáticas de formación. Recuperando experiencias exitosas del caso peruano, sugiere replicar el modelo de «profesores fortaleza», tratándose de docentes que por sus buenas prácticas acompañaban a otros compartiendo su experiencia y enseñando en la práctica, adaptando esta lógica a la formación de directivos.

3. Fomentar el liderazgo compartido y las culturas escolares colaborativas

El liderazgo educativo no debe recaer únicamente en los directores. Compartir el liderazgo en toda la escuela empodera al profesorado, al alumnado y a la comunidad, fomentando un entorno de aprendizaje colaborativo. Los directores deben delegar responsabilidades, clarificar funciones y crear canales de comunicación efectivos. Sin embargo, para que esto sea posible, es necesario que los programas de desarrollo profesional incluyan formación en habilidades de colaboración y construcción de equipos a la vez que resulta necesario pensar en una organización escolar que tenga espacios para este tipo de prácticas.

4. Invertir en los líderes del sistema educativo Los funcionarios de educación a nivel central y local desempeñan un papel vital en la implementación de políticas y reformas educativas. Es necesario desarrollar su capacidad para actuar como líderes del sistema, proporcionando formación en liderazgo pedagógico y gestión de calidad. Los procesos de contratación y selección deben asegurar que estos funcionarios cuenten con experiencia y competencias relevantes. Además, se debe fomentar la colaboración entre líderes escolares y funcionarios para alinear objetivos y mejorar la eficacia de las iniciativas educativas.

Estas recomendaciones buscan crear un entorno favorable para que el liderazgo educativo pueda florecer y contribuir significativamente a la mejora de la calidad y equidad en la educación. Al implementar estas estrategias, países como Perú pueden abordar los desafíos actuales en su sistema educativo y avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos del ODS 4, garantizando una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos.

Contexto y Retos en América Latina y el Caribe

El informe GEM 2024/5 no solo ofrece una perspectiva global sobre el liderazgo en la educación, sino que también aborda las realidades específicas de distintas regiones. En el caso de América Latina y el Caribe, se llevó a cabo una consulta regional titulada «Resultados de la Consulta sobre la Reunión Mundial de Educación 2024 y su Documento de Resultados», que aporta valiosas ideas sobre los desafíos y prioridades educativas en esta parte del mundo.

América Latina y el Caribe es reconocida como la región más desigual del planeta, caracterizada por profundas disparidades socioeconómicas y sistemas fiscales regresivos que perpetúan la inequidad. Estas desigualdades se ven exacerbadas por tendencias globales como la violencia, normas de género arraigadas, inestabilidad política y los efectos del cambio climático, especialmente en áreas rurales y remotas. La pandemia de COVID-19 ha agravado aún más esta situación, profundizando las brechas económicas y sociales y desencadenando una crisis educativa significativa, con pérdidas de aprendizaje y aumento de la deserción escolar.

En este contexto, la región enfrenta tanto desafíos antiguos como nuevos, que coexisten y requieren soluciones integrales y coordinadas. La consulta regional subraya la necesidad de una fuerte voluntad política y una mayor colaboración entre países, agencias internacionales y socios locales para garantizar coherencia y evitar la duplicación de esfuerzos. Solo a través de un trabajo conjunto se podrán crear las condiciones necesarias para la recuperación, la resiliencia y la mejora educativa alineadas con una agenda transformadora que promueva el acceso, la calidad y la equidad en la educación.

Prioridades Identificadas en la Consulta Regional

La consulta regional destacó varias áreas prioritarias que deben abordarse para desbloquear el poder transformador de la educación en América Latina y el Caribe:

  • Clima y Medio Ambiente

    Muchos países han dado pasos para integrar la educación sobre el cambio climático en sus currículos y capacitar a docentes para mejorar la alfabetización climática. Sin embargo, la diversidad territorial de la región, con una amplia gama de climas y paisajes, exige una comprensión profunda de las condiciones locales para implementar soluciones educativas efectivas. Cabe preguntarse si esta preocupación está realmente presente en las prácticas de docentes y directivos, o si más bien las demandas de sistemas educativos centralizados terminan primando e inhibiendo al profesorado de actuar más allá del marco de lo normativamente establecido, limitando así una verdadera comprensión de la sostenibilidad y la incorporación de prácticas locales. Resulta de gran importancia incorporar el conocimiento y las prácticas locales, especialmente de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales, quienes son agentes clave en la preservación ambiental.

    Además, se hace hincapié en la necesidad de involucrar más a los jóvenes en iniciativas ambientales, fomentar la participación comunitaria y construir sistemas educativos resilientes que incluyan preparación para desastres y una infraestructura adaptable. Adoptar un enfoque de justicia en la Educación para el Desarrollo Sostenible y compartir prácticas prometedoras a través de la colaboración regional son estrategias fundamentales.

    • Cultura de Paz, Derechos Humanos y Ciudadanía Democrática

      La región ha implementado estrategias para abordar problemas relacionados con la violencia, el desplazamiento y el cambio climático. La formación integral de docentes enfocada en la prevención de la violencia y la construcción de paz es crucial, especialmente en áreas con historias de violencia física y no física, incluyendo la violencia de género. En este sentido, el profesor Egusquiza advierte que no podemos ignorar cómo las escuelas enfrentan hoy amenazas crecientes de inseguridad que provienen del entorno social, una situación que genera especial preocupación entre las familias.

      Es esencial trabajar en cambiar las percepciones sobre la violencia para desnormalizarla en la sociedad. Esto implica educar a las comunidades para identificar y modificar comportamientos violentos y fomentar interacciones basadas en el respeto y la empatía. La participación activa de los jóvenes en la educación para la construcción de paz es vital para impulsar cambios dentro de los sistemas educativos y renovar la esperanza y visión en estudiantes, docentes y familias. Como señala Enciso (2024) en un artículo reciente para el Observatorio de la Educación Peruana, abordar la inseguridad desde la escuela pasa por estrategias multisectoriales que solo son posibles de desplegar a partir del conocimiento por parte de la comunidad educativa de los mecanismos y normativas vigentes en materia de seguridad, vigilancia colectiva, comités de padres y lucha contra la inseguridad en las unidades territoriales de las fuerzas del orden público.

      • Ciencia, Tecnología, Innovación y Transformación Digital

        Los países están más abiertos a avanzar en áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) y en la transformación digital. Sin embargo, persisten desafíos como la falta de apoyo a los docentes para adquirir las habilidades necesarias y utilizar herramientas digitales de manera efectiva. También existen deficiencias en infraestructura, como instalaciones escolares inadecuadas y conectividad limitada a internet.

        Se está reconfigurando la política digital y el uso pedagógico de la tecnología, prestando mayor atención a abordar la brecha digital relacionada con género y origen étnico. Se promueve la participación de mujeres y niñas en campos STEM y STEAM (que incorporan Artes y Humanidades). Para superar estos obstáculos, se requieren inversiones significativas en capacitación e infraestructura, así como esfuerzos colaborativos para garantizar la educación digital en todos los segmentos de la sociedad.

        • Inclusión e Igualdad de Género

          Los países de la región han implementado nuevas políticas y marcos regulatorios que amplían el concepto de inclusión en la educación, pasando de un enfoque tradicional en grupos específicos a un modelo más integral. Se ha puesto énfasis en abordar la diversidad, no solo para personas con discapacidad, sino también para pueblos indígenas y otros grupos marginados.

          La formación docente es crítica en esta evolución, ya que los educadores desempeñan un papel central en la implementación de este nuevo entendimiento de la educación inclusiva. La equidad de género y la prevención de la violencia son componentes cruciales, y los docentes necesitan capacitación adecuada para abordar estos temas en el aula.

          Además, la participación activa de la sociedad civil en el diseño de políticas educativas inclusivas es esencial. Esta colaboración debe extenderse más allá de las comunidades educativas y adoptar enfoques tanto de arriba hacia abajo como de abajo hacia arriba, asegurando que las voces de todos los actores sean escuchadas y consideradas.

          • Salud y Nutrición

            Existe un fuerte compromiso político e inversión en programas de nutrición escolar y políticas de salud y bienestar en más de 19 países de la región. Sin embargo, se requiere mayor esfuerzo para integrar estas intervenciones dentro de las instituciones educativas, promover fuentes locales de alimentos y estilos de vida saludables dentro y fuera del aula, fomentar la actividad física y adoptar enfoques interculturales. También es crucial apoyar la salud mental y el bienestar de estudiantes y docentes, así como garantizar instalaciones adecuadas de agua, saneamiento e higiene. La colaboración intersectorial y el involucramiento de actores internacionales y locales son fundamentales para el éxito de estas iniciativas.

            Acciones Transformadoras para Acelerar el Progreso hacia el ODS 4

            En enero de 2024, durante la Reunión Ministerial de Educación en Santiago de Chile, se estableció la creación de un Marco de Referencia Regional sobre Políticas Públicas para la Reactivación, Recuperación y Transformación Educativa. Este marco busca generar consensos entre países y agencias para avanzar en una agenda compartida y promover una visión práctica de la transformación educativa en la región. Basado en las tendencias recientes de políticas educativas, este instrumento propone cuatro estrategias fundamentales como palancas para alcanzar el ODS 4:

            Inclusión

            • Realizar diagnósticos y recopilar datos sobre inclusión educativa para asignar recursos de manera eficiente y justa.
            • Implementar políticas dirigidas a estudiantes más desfavorecidos, reintegración y fortalecimiento de trayectorias educativas, y fomento de la igualdad de género.
            • Considerar la educación de adultos y sus necesidades de aprendizaje a lo largo de la vida.
            • Enfocar políticas en el bienestar socioemocional, mental y de salud de los estudiantes, combatiendo y previniendo el acoso escolar y promoviendo la nutrición escolar.
            • Adoptar políticas que consideren la diversidad cultural, condiciones de discapacidad e identidades de los estudiantes, construyendo una convivencia armoniosa.

            Aprendizaje

            • Promover una visión integral de las políticas de aprendizaje, incluyendo la educación integral y evaluaciones formativas.
            • Priorizar y adaptar currículos pedagógicos.
            • Complementar la agenda política con nuevos núcleos curriculares, como Educación para el Desarrollo Sostenible, Competencias Digitales y Ciudadanía Global.
            • Fomentar la educación y formación vocacional para jóvenes y adultos en un contexto económico en rápida evolución.
            • Impulsar el uso crítico y ético de las tecnologías digitales para mejorar la calidad y relevancia del aprendizaje.

            Docencia

            • Implementar políticas de atracción y reclutamiento de docentes.
            • Fortalecer la formación inicial y continua de los docentes como base de las políticas de educación de calidad.
            • Mejorar la carrera profesional docente y el estatus de la profesión, con estrategias de evaluación e incentivos.
            • Fortalecer el papel de los directores de escuela y mejorar las condiciones laborales para abordar la escasez de docentes y la calidad de la enseñanza.

            Coordinación y Financiamiento

            • Enfatizar el compromiso público y la consolidación de un proyecto educativo transformador, construyendo consenso y confianza entre actores y partes interesadas.
            • Promover la coordinación de la implementación de políticas a través de un enfoque intersectorial.
            • Fortalecer la gestión escolar, financiamiento, eficiencia y equidad en la gobernanza educativa.
            • Desarrollar y fortalecer sistemas de Investigación y Desarrollo y Sistemas de Información para la Gestión Educativa (SIGE) como estrategias clave.

            Invertir Más, de Manera Más Equitativa y Eficiente en Educación

            El financiamiento es una condición habilitante para avanzar en la transformación de los sistemas educativos en la región. Es fundamental asegurar la sostenibilidad financiera de la educación, manteniendo o incrementando la inversión y cumpliendo con los objetivos establecidos, como asignar entre el 4% y el 6% del PIB y entre el 15% y el 20% del gasto público total a la educación. Además, se deben implementar reformas fiscales progresivas que prioricen la tributación de mayores riquezas e ingresos, reduciendo la evasión fiscal y fortaleciendo mecanismos internacionales que favorezcan la eliminación de flujos financieros ilícitos. Como advierte el especialista en políticas educativas Rafael Egusquiza, es importante considerar que estos márgenes, al estar vinculados a la economía de cada país, no reflejan las profundas desigualdades en el gasto público entre regiones, especialmente notables al comparar contextos rurales y urbanos, o las brechas entre zonas amazónicas, costeñas y andinas para el caso peruano.

            La equidad en el financiamiento implica desarrollar marcos que aseguren el acceso a la educación y la formación a lo largo de la vida, estableciendo mecanismos para redistribuir recursos educativos a poblaciones desfavorecidas y garantizar una educación de calidad y equitativa. Asimismo, es esencial promover la colaboración intersectorial y multi-actores para movilizar recursos educativos y coordinar diferentes fuentes de financiamiento.

            En cuanto a la eficiencia, se debe asegurar que las decisiones sobre políticas educativas estén basadas en evidencia, implementando evaluaciones periódicas de impacto y desarrollando sistemas de información y gestión educativa que contribuyan a una planificación y monitoreo adecuados. Incrementar la rendición de cuentas y establecer mecanismos para asegurar la participación ciudadana son prácticas recomendadas.

            Finalmente, en relación con la efectividad de la ayuda y la sostenibilidad de la deuda, se enfatiza la importancia de fortalecer la colaboración con organizaciones nacionales y considerar la capacidad financiera y de deuda al evaluar fuentes externas de financiamiento. Se insta a las organizaciones internacionales y bancos multilaterales a desarrollar líneas de trabajo y financiamiento que consoliden la agenda regional definida en las reuniones de ministros de educación, respetando las prioridades nacionales.

            La consulta regional para América Latina y el Caribe proporciona una hoja de ruta clara y contextualizada para abordar los desafíos educativos en la región. Al alinearse con las recomendaciones del informe GEM 2024/5, estas acciones pueden potenciar el liderazgo educativo y promover sistemas educativos más inclusivos, equitativos y de calidad, contribuyendo al logro de los objetivos del ODS 4 y al desarrollo sostenible de la región.

            Implicaciones y Oportunidades para Perú

            El liderazgo educativo en Perú presenta características y desafíos particulares que reflejan tanto los avances como las áreas de mejora identificadas en el informe GEM 2024/5. A continuación, exploramos los hallazgos específicos relacionados con el país y cómo estos se vinculan con las recomendaciones globales del informe.

            Marco del Buen Desempeño Directivo

            En Perú, el Marco del Buen Desempeño Directivo reconoce que los directores de escuela a menudo experimentan estrés e incertidumbre cuando sus responsabilidades laborales no están claramente definidas. Este marco busca establecer estándares claros para las funciones y expectativas de los líderes escolares, abordando una de las dimensiones esenciales señaladas en el informe: la necesidad de establecer expectativas y una visión compartida.

            Sin embargo, es pertinente revisar y actualizar este marco para asegurarse de que refleje las cuatro dimensiones clave del liderazgo educativo propuestas por la UNESCO: establecer expectativas, centrarse en el aprendizaje, fomentar la colaboración y capacitar a las personas. También es necesario profundizar en aspectos fundamentales como la participación efectiva en la gestión escolar, el fortalecimiento del vínculo con la comunidad desde una perspectiva de bienestar, y el fomento de un comportamiento ético en la docencia, elementos que requieren mayor desarrollo en el marco actual y en la definición de funciones del profesorado. Esto garantizaría que la formación y el apoyo a los directores estén alineados con las mejores prácticas internacionales.

            Desafíos en el Liderazgo del Sistema Educativo

            Un estudio que incluyó a funcionarios educativos en Perú, junto con Brasil, República Dominicana y Guatemala, reveló que muchos de ellos no podían identificar hasta cuatro de las cinco tareas que se esperaba que desempeñaran. Esta falta de claridad en las funciones y responsabilidades de los líderes del sistema educativo está asociada negativamente con los resultados de aprendizaje en sus distritos. Este hallazgo resalta la necesidad de definir claramente los roles y responsabilidades de los funcionarios educativos a nivel central y local. Sin embargo, como reflexiona el docente y especialista en políticas educativas Rafael Egusquiza, los roles trascienden inevitablemente las funciones predeterminadas, pues el papel que desempeñan estos funcionarios está intrínsecamente ligado a la evaluación de las demandas y necesidades del contexto. Por ello, resulta fundamental fortalecer su autonomía para que puedan reflexionar y actuar sobre su verdadero papel en la educación. Al mejorar la comprensión de sus funciones, estos líderes pueden enfocarse en objetivos comunes y coordinar esfuerzos para mejorar la calidad educativa en sus regiones.

            Mejoras en los Resultados de Aprendizaje

            A pesar de los desafíos, Perú ha logrado avances significativos en los resultados de aprendizaje de los estudiantes. Mientras que varios países han experimentado disminuciones en los niveles de rendimiento en lectura a lo largo de los años, Perú es uno de los pocos que ha mostrado mejoras continuas. Esto indica que las políticas y reformas implementadas han tenido un impacto positivo en el aprendizaje de los estudiantes.

            Sin embargo, persisten brechas significativas, especialmente en términos de equidad. Por ejemplo, aunque el 95% de los adultos en Perú son alfabetos, solo el 78% de las mujeres en áreas rurales lo son. Además, solo el 29% de los adultos evaluados a través de la Encuesta PIAAC alcanzaron el nivel mínimo de competencia en alfabetización, con una notable diferencia entre aquellos con padres con educación terciaria y aquellos cuyos padres no completaron la educación secundaria.

            Reformas en las Políticas Docentes y Liderazgo Escolar

            Desde 2007, Perú ha introducido una serie de reformas en las políticas docentes con el objetivo de mejorar la calidad educativa. Entre estas reformas se incluyen:

            • Contratación basada en pruebas y eliminación de promociones automáticas anuales.
            • La Ley de Reforma Magisterial de 2012, que incorporó un mecanismo de pago basado en el mérito para docentes y directores. Esta ley diferenciaba las escalas salariales de los directores de las de otros docentes de mayor antigüedad y estableció un examen nacional para la cualificación de directores, ofreciendo incentivos adicionales a quienes lo aprobaran.
            • La implementación de estándares meritocráticos para la designación de directores escolares y la mejora de los incentivos de carrera. En 2015, se nombraron directores a través de este proceso en 15,000 de las 52,000 escuelas públicas del país. Sin embargo, los procesos de evaluación tienden a aplazarse y hoy en día la gran mayoría de puestos directivos para el caso peruano son por encargatura.

            Estas medidas han contribuido a la profesionalización y al desarrollo de carrera en los roles de liderazgo escolar, alineándose con las recomendaciones del informe GEM sobre la necesidad de invertir en la selección, desarrollo y reconocimiento de los líderes educativos.

              Desafíos Persistentes y Áreas de Mejora

              A pesar de los avances, todavía existen desafíos que deben ser abordados para fortalecer el liderazgo educativo en Perú:

              • Necesidad de formación continua y específica: Muchos líderes escolares pueden carecer de capacitación en áreas prácticas como gestión financiera, uso de datos y liderazgo pedagógico. Es esencial ofrecer programas de desarrollo profesional que abarquen estas competencias.
              • Promoción del liderazgo compartido: Fomentar culturas escolares colaborativas donde docentes, estudiantes y comunidad participen activamente en la toma de decisiones puede mejorar los resultados educativos y aumentar la satisfacción laboral de los líderes escolares.
              • Reducción de brechas de género y regionales: Implementar políticas que aborden las disparidades en alfabetización y acceso a la educación, especialmente en áreas rurales y entre poblaciones desfavorecidas, es fundamental para garantizar una educación equitativa.

              Oportunidades para Fortalecer el Liderazgo Educativo en Perú

              Perú tiene la oportunidad de continuar construyendo sobre las bases establecidas por las reformas previas y alinear sus políticas con las recomendaciones del informe GEM:

              • Revisar y actualizar el Marco del Buen Desempeño Directivo para asegurar que incluye las cuatro dimensiones esenciales del liderazgo educativo.
              • Fortalecer la formación inicial y continua de los directores y funcionarios educativos, incorporando programas que incluyan aprendizaje práctico, mentoría y desarrollo de habilidades en gestión y liderazgo pedagógico.
              • Implementar procesos de selección transparentes y basados en el mérito para líderes educativos, garantizando la igualdad de oportunidades y promoviendo la diversidad en los puestos de liderazgo.
              • Fomentar el liderazgo compartido dentro de las escuelas, promoviendo la participación activa de docentes, estudiantes y comunidad en la gestión escolar.
              • Desarrollar políticas específicas para reducir brechas de alfabetización y mejorar los resultados de aprendizaje en poblaciones vulnerables, especialmente entre mujeres en áreas rurales.

              Conclusión

              El caso de Perú demuestra que, aunque existen desafíos significativos, es posible lograr avances sustanciales en la calidad y equidad de la educación mediante el fortalecimiento del liderazgo educativo. Al adoptar y adaptar las recomendaciones del informe GEM 2024/5, Perú puede continuar mejorando su sistema educativo y asegurar que todos los estudiantes, independientemente de su origen o situación socioeconómica, tengan acceso a una educación de calidad dirigida por líderes capacitados y comprometidos.

              Para acceder al artículo completo, haz clic aquí: El Rol del Liderazgo en la Transformación Educativa

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              Director del Observatorio de la Educación Peruana. Es Docente e Investigador de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, donde también coordina la Cátedra UNESCO en Políticas Educativas y Agenda 2030 y el Grupo de Investigación Aprendizajes y Actores.


              Ander Alonso-Pastor

              Director del Observatorio de la Educación Peruana. Es Docente e Investigador de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, donde también coordina la Cátedra UNESCO en Políticas Educativas y Agenda 2030 y el Grupo de Investigación Aprendizajes y Actores.

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